NÚMERO
35



ENERO
JUNIO
2015

EDITORIAL
CARLOS GUEVARA MEZA • DIRECTOR

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Crítica de la crítica


Con este número, Discurso Visual contribuye a la muy necesaria pero aún incompleta tarea de realizar una historia de la crítica de arte en México. Una historia que valore en su justa medida la aportación de esta actividad al desarrollo del arte mexicano del siglo XX y lo que va del XXI. Que tome en cuenta el papel de la crítica en la difusión y promoción de ciertas corrientes o artistas individuales, y en la marginación o el olvido de otros. Que analice y cuestione los supuestos y posiciones estéticas, ideológicas, políticas y teóricas que organizaron este tipo particular de escritura relacionada con las artes.

Y aunque en sentido estricto no forme parte de una historia de la crítica de arte, habría que investigar las otras funciones profesionales que, tanto en el servicio público como en el ámbito privado, cumplieron los críticos en el desarrollo del campo de las artes visuales, alternativa o simultáneamente, considerando que dichas funciones, en muchos casos, no fueron menores, y nos hablan también del posicionamiento o la importancia que otros actores del campo le otorgaron a la labor crítica. Funciones como el servicio público en las instituciones culturales, en diversos lugares de la jerarquía (desde gestores culturales hasta directores de los museos más importantes, o puestos diplomáticos relacionados directamente o no con la cultura, además de labores académicas diversas), así como en el ámbito privado en calidad de asesores de coleccionistas o de galerías y casas subastadoras y más recientemente en la conformación de museos particulares.

De igual manera, promover el análisis de sus medios de expresión, particularmente el periódico, la revista y el suplemento cultural, pero también el libro o la conferencia y quizá, aunque marginalmente, la radio y la televisión; además, por supuesto en la actualidad, las publicaciones electrónicas y las redes sociales, cuya proliferación parece anunciar una mayor cantidad de espacios críticos, con una cada vez más amplia pluralidad de posiciones estéticas e ideológicas y una mayor difusión de artistas jóvenes o bien marginales y hasta opuestos a las hegemonías establecidas por el mercado y las instituciones culturales y académicas. Pero también podría implicar una menor capacidad de influencia de cada crítico en particular por la multiplicidad y dispersión de los espacios, y quizá un descenso de la calidad de los textos críticos por la improvisación debida a la mayor facilidad de acceso (o de construcción) de estos espacios.

Una historia así, a la que los textos incluidos en este número (editado por los investigadores Laura González Matute, María Teresa Suárez y Javier Bañuelos, miembros de la Academia de Historia e Historiografía del Cenidiap) busca contribuir, permitiría complejizar el análisis del campo artístico en México.