NÚMERO
51



ENERO
JUNIO
2023

TEXTOS Y CONTEXTOS

Aída Guevara a través de su archivo: una transformación de la mirada

Aída Guevara through her archive: a transformation of the gaze

Resumen

En este texto se revisa el archivo de la actriz bajacaliforniana Aída Guevara, resguardado en el CITRU/INBAL, para contribuir a la necesaria tarea de investigar, documentar y visibilizar la destacada labor de las mujeres en el teatro mexicano, en particular la de aquellas que realizaron aportes fundamentales fuera de la Ciudad de México, como lo hizo Guevara en el norte del país, con perspectiva de género y a contracorriente de la visión centralista de la cultura nacional.


Abstract

This article deals with the archive of the Baja Californian actress Aída Guevara, kept by CITRU/INBAL, in order to contribute to the necessary task of researching, documenting and visibilizing the important work of women in Mexican theater; particularly those who made fundamental contributions outside Mexico City, like Guevara did in the North of the country, with gender perspective and against the prevailing centralist vision of Mexican culture.



Claudia Irán Jasso Apango / Bibliotecóloga
claudiairan@yahoo.com.mx


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El Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli (CITRU) resguarda en su acervo documentos pertenecientes a mujeres creadoras, intérpretes, directoras, investigadoras, entre otras, que sustentan la documentación y la investigación del quehacer escénico en México, empezando por Margarita Mendoza López, pasando por Nancy Cárdenas, hasta llegar a Aída Guevara. El CITRU ha impulsado la perspectiva de género a través de 41 años de trabajo, además de incorporar estos archivos como patrimonio artístico documental del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y, por ende, de la nación mexicana. A través de este recorrido, ahondaré en el análisis del Archivo Aída Guevara, con base en la trayectoria de una creadora y actriz teatral que desarrolló su carrera en Baja California, por lo que quedó fuera de los reflectores de la Ciudad de México, que otorgan un reconocimiento centralista del arte y excluyen la producción escénica realizada en otros estados del país.


Patrimonio artístico documental

El patrimonio cultural es el legado de nuestros ancestros, por eso debemos preservarlo y transmitirlo; nos pertenece y a la vez no, pues lo tomamos en un tránsito generacional. Produce memoria colectiva, que es parte de nuestra identidad. En la contemporaneidad, en el espacio temporal en el que vivimos, nos corresponde el resguardo de este patrimonio en sus distintas connotaciones, es decir, preservarlo tanto en su conservación física, cuando es tangible, como en sus aspectos teóricos; nuestra tarea es plasmarlo, documentarlo y difundirlo, ya sea material o inmaterial.

El CITRU conserva, organiza y difunde la memoria teatral mexicana, plasmada en documentos físicos y digitales como fotografías, programas de mano, libretos, carteles, planos, diseños escenográficos y de vestuario, entre otros. De esta manera, se les proporciona a las colecciones las mejores condiciones de resguardo y consulta, para coadyuvar en el desarrollo de las artes escénicas.

Con base en los planteamientos de González-Varas, podemos extraer ciertos atributos relevantes del patrimonio cultural: contribuye a la construcción social, incluyendo las identidades; proporciona estructura, de la cual se deriva la cohesión simbólica; permite conocer el mundo, nuestro entorno local y nacional, y es susceptible de interpretación, en lo que también interviene el enriquecimiento del espíritu. Aunque no queramos, y luchemos por conservarlo tal cual, no es estático. Ese dinamismo se lo otorga el espacio, el tiempo y el contexto histórico en el que está inmerso, por lo que también tiene implicaciones políticas, ideológicas y subjetivas. En relación con esto último, quedan implicados en el patrimonio cultural los sentimientos y las emociones de los individuos y de los pueblos.

El patrimonio artístico forma parte de la herencia cultural que se ha generado a lo largo de la historia de la humanidad y que se produce en la sociedad contemporánea, el cual se presenta de forma tangible e intangible a través de las manifestaciones artísticas: teatro, artes visuales, danza, música, literatura, cine y fotografía. Cabe señalar que de estas disciplinas emanan documentos, por lo que las fuentes documentales en sus diversos formatos participan en la creación, en la investigación, en la docencia, en el desarrollo y, por supuesto, en la documentación de las artes. Los centros nacionales de investigación del INBAL resguardan el patrimonio artístico documental de México.


Centro precursor de la perspectiva de género

El CITRU se fundó el 12 de julio de 1981. Su primera directora fue la maestra Margarita Mendoza López, quien, junto con Elisa de Santiago, conformó en ese entonces el personal. Posteriormente otra mujer fue relevó en la dirección, la doctora Socorro Merlín. Por lo tanto, este centro nació bajo una perspectiva de mujeres, quienes marcaron las bases de esta institución.

A lo largo de cuatro décadas ha adquirido diversos fondos documentales de personalidades de las artes escénicas en México, entre los que destacan los de creadoras como Esperanza Iris, María Luisa Ocampo, Nancy Cárdenas, Alegría Martínez, Pilar Crespo, Malkah Rabell, sin dejar de mencionar la colección fotográfica de Christa Cowrie.

El CITRU ha realizado y publicado investigaciones sobre mujeres creadoras en las artes escénicas, como María Luisa Ocampo. Mujer de teatro, de Socorro Merlín; Nancy Cárdenas. Género y escena, de la investigadora Angélica García; Esperanza Iris. La tiple de hierro (escritos I), producto de la investigación de Sergio López y Julieta Rivas, y Dramaturgas contemporáneas mexicanas, de la dramaturga Silvia Peláez. Estos títulos son algunos de los que forman parte del catálogo editorial y que han tenido al género femenino como objeto de estudio.

En años recientes surgió un fenómeno peculiar en las donaciones, ya que se han recibido, mayoritariamente, acervos de mujeres intérpretes del teatro mexicano, quienes han tenido plena confianza de que los documentos que recopilaron a lo largo de su trayectoria artística van a permanecer en el recinto adecuado para su preservación, organización, consulta y difusión.

Martha Aura, Mercedes Pascual, Adriana Roel, Pilar Pellicer y Aída Guevara son las actrices que han decidido desprenderse de sus documentos para que formen parte del patrimonio artístico documental del INBAL. Esto nos permite analizarlos desde la perspectiva de género y, por ende, posibilita la realización de investigaciones acerca del arte escénico a partir de la interpretación femenina, indagando la compilación misma de estos archivos desde un panorama diferente: ¿qué decidieron incorporar a su archivo? ¿Desde qué óptica estas fuentes documentales visibilizan su trabajo profesional y su posición femenina en la sociedad?

Reconocer en estos archivos, como lo afirma Maribel Ríos,

[…] que socialmente existe un conjunto de ideas, representaciones y creencias basadas en que hay cosas propias de hombres y de mujeres. Esta separación y distinción de papeles masculinos y femeninos provoca la participación diferenciada, jerárquica y desigual dentro de las instituciones sociales políticas y económicas.[1]

Esto nos posibilita ampliar las líneas de investigación, generar un conocimiento incluyente y visibilizar aportaciones artísticas que han quedado fuera de los cánones hegemónicos.

La doctora Edith Ibarra, investigadora del CITRU, realiza el proyecto de investigación “El estudio del archivo de María Luisa Ocampo desde una perspectiva feminista. El giro archivístico y el giro historiográfico.” Es el primer estudio sobre un archivo con base en la teoría y metodología de la perspectiva de género en este centro. La especialista cuestiona la visión androcéntrica en la historia del teatro en México, y tiene como intención presentar a Ocampo como un tema de análisis previamente inexistente, pues la conocemos desde una posición subordinada al sistema patriarcal. Ibarra afirma que “se hace urgente encontrar otros modos en los que el trabajo creativo, de gestión, de cambio social producido por las mujeres sea reconocido como la labor de sujetos poseedores de una mirada diferenciada”.[2]

Este trabajo pone en crisis lo anteriormente indagado sobre María Luisa Ocampo, pero no en el sentido de invalidarlo; todo lo contrario, la investigadora busca plantear otra perspectiva sobre la dramaturga en su trabajo creativo y de promoción cultural, a través del acercamiento a su colección y desde la innovación de los giros archivísticos e historiográficos. De esta manera se amplía el panorama en el análisis de las creadoras teatrales mexicanas, propuesta que redituará en la visibilización y documentación de las mujeres y su contribución a las artes escénicas mexicanas, además de su participación en la vida cultural de México.

Existen numerosas similitudes entre las actrices que han donado sus acervos al CITRU, tales como su larga trayectoria, obviamente su actuación en las artes escénicas y el hecho de formar parte de una generación que nació en el segundo cuarto del siglo XX, entre otras. Un rasgo fundamental es que, con excepción de Aída Guevara, ejercieron su trabajo en la Ciudad de México, una de las urbes más grandes del mundo, que centraliza los recursos culturales y con la mayor infraestructura teatral del país.


“La Donata de mis desiertos, Aída”

Desarrollar una carrera artística y cultural fuera de la Ciudad de México pone a las y los creadores de otros estados lejos del foco y reconocimiento en el ámbito nacional; tratándose de mujeres, quedan doblemente apartadas del registro hegemónico. En la labor de investigación por sacar del anonimato o de la poca relevancia que les ha asignado la sociedad heteropatriarcal a las mujeres, aún más de quienes han realizado su trabajo lejos de la capital del país, encontramos a la actriz Aída Guevara, nacida en Sinaloa, pero considerada bajacaliforniana. Acercarse a su trayectoria significa voltear hacía la periferia y comprender que el teatro también se hace fuera del centralismo y que esto es imprescindible para el desarrollo de las artes escénicas mexicanas. En una entrevista, la intérprete declaró: “el gran problema del teatro ayer y hoy —lamenta— es que lo que se hace en provincia no figura para el centro de la República”.[3]

Es reconocida como la primera actriz o la gran dama del teatro bajacaliforniano. “Cuando me pidió Ana Karina que enviara toda mi información, le pregunté incrédula: ‘¿Estás segura?’. Y ella me dijo: ‘¡Sí, mami, nadie tiene tu perfil!’”[4] Guevara es discípula de Jesús González Dávila, Ludwik Margules, Gabriel Pascal, Luis Rivero, Juan Tovar, Carlos Trejo y Raúl Zermeño, con los que tomó cursos, ya que su carrera ha estado basada en el aprendizaje continuo. Posee un perfil como actriz, profesora, directora, impulsora cultural del teatro, que ha logrado la decolonialidad de la actividad teatral en el ámbito nacional. Ha conseguido que miremos y analicemos las artes escénicas en la península de Baja California, al compartir su acervo y ponerlo a disposición de creadores, estudiantes, investigadores y usuarios interesados.

En el homenaje que le organizó el CITRU por su trayectoria y por la recepción de su archivo, el 22 de septiembre de 2022 en el Aula Magna del Centro Nacional de las Artes, se mencionó que, de acuerdo con los testimonios de Jorge Esma y Juan Antonio Llanes, de haberse quedado en la Ciudad de México, la intérprete hubiera sido reconocida a la altura de Carmen Montejo y Ofelia Guilmáin. Esto implica que para tener el reconocimiento hay que seguir las políticas centralistas; de no hacerlo, es imposible pertenecer a “las grandes actrices de México”. Esto no sólo aplica a Guevara, sino a cualquier artista que permanece en su ciudad y región.




Aída Guevara en Los héroes inútiles, 1982. Archivo Aída Guevara, CITRU/INBAL.



Aníbal Quijano asevera que “el eurocentrismo ha llevado a virtualmente todo el mundo a admitir que en una totalidad el todo tiene absoluta primacía determinante sobre todas y cada una de las partes, que por lo tanto hay una y sólo una lógica que gobierna el comportamiento del todo y de todas y de cada una de las partes”.[5] Esto sustenta el pensamiento centralista que tenemos introyectado, con relación a que sólo lo que proviene de la capital mexicana es lo reconocido, lo validado y lo que marca los parámetros a seguir.

Si se le diera seguimiento a esta estructura, Guevara quedaría oculta de la historia teatral mexicana, por haber ejercido su carrera fuera de la Ciudad de México y por ser mujer, de acuerdo con los dispositivos del poder androcéntrico, hegemónico y de colonialidad.

Además de visibilizar a una creadora que ha tenido una trayectoria artística en uno de los estados de la República Mexicana, es urgente la tarea de investigar y documentar para evidenciar a las mujeres, a las actrices que han edificado las artes escénicas del país para que se incluyan en la intervención feminista en la historia del arte, como lo afirma Griselda Pollock, y en nuestro ámbito, en la intervención feminista en la historia del teatro.

El primer paso lo dio la propia Guevara al desprenderse de su acervo y donarlo a este centro de investigación. La actriz asienta que

Adriana Roel, entre muchas otras actrices como yo, donamos todo nuestro material recopilado durante medio siglo haciendo teatro, se lo enviamos al CITRU para que lo tengan en resguardo y las gentes interesadas lo puedan consultar, ya sea en línea o presencial. Mi hija me pidió hacerlo y mandé al CITRU 14 kilos de información.[6]

Pero, ¿cómo podemos conocer a Aída Guevara a través de los documentos que resguardó y recopiló durante su trayectoria artística? ¿Qué conforman estos catorce kilos de información? Las fuentes documentales que contiene denotan no solamente la trascendencia de su vida en los escenarios, sino también su formación constante, a través de sus apuntes sobre las clases a las que asistió. El acervo incluye, dentro de los principales documentos: libretos de sonido y de dirección, libros, formatos audiovisuales (discos compactos y videocasetes), fotografías, negativos y diapositivas, libros, programas de mano, notas de prensa, tarjetas de felicitación, reconocimientos como diplomas y constancias. Todo en soporte físico, con una periodicidad que data de 1966 hasta principios del siglo XXI.

Dentro del municipio de Mazatlán, Sinaloa, específicamente en la localidad de Siqueros, el 1 de diciembre de 1932 nació Aída Escamilla Lizárraga. Siendo una niña se trasladó con su familia a Baja California. Estudió en Calexico, California, y en Mexicali, donde se recibió como contadora privada. En 1950 contrajo matrimonio con el ingeniero Jorge Guevara, de quien tomó su nombre artístico. Es preciso señalar dos puntos: el primero, que tuvieron siete hijos, entre ellos, la actriz Ana Karina Guevara, con la que ha compartido el escenario; el segundo, que comenzó su carrera histriónica siendo madre de familia. Realizó estudios de arte dramático en San Diego State University, en la Escuela de Arte Teatral del INBAL y en el Foro de la Ribera; también se capacitó en docencia y arte.


Constancia de estudios del “Foro de la Ribera”, firmado por Ludwik Margules, 1993. Archivo Aída Guevara, CITRU/INBAL.




Nota de periódico sobre El diario de Ana Frank, 1966. Archivo Aída Guevara, CITRU/INBAL.




Programa de mano de La noche de los asesinos, 1979. Archivo Aída Guevara, CITRU/INBAL.



Trujillo Muñoz documenta la historia del teatro bajacaliforniano y destaca la relevancia del surgimiento de los grupos teatrales contemporáneos a partir de la década de 1950, en un principio por iniciativa de Luis Felipe Castro y, después, de Emeterio Méndez Jr., aunado a la inauguración de los teatros de la red del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en los años sesenta. Lo anterior dio pie al afianzamiento de las agrupaciones, dentro de las que se encuentra el Grupo Thalía, con el que debutó como actriz Aída Guevara en 1966, con la obra El diario de Ana Frankde Francisco Goodrich y Albert Hackett, bajo la dirección de Alma Adriana Vázquez, en el Auditorio del Seguro Social de Mexicali y patrocinada por el Club Soroptimista de esa ciudad.[7]

Con la llegada de Jorge Esma a Mexicali, Guevara trabajó bajo su dirección en varias puestas en escena, entre ellas, Donde los árboles, Viaje de un largo día hacia la noche, La zapatera prodigiosa ,La noche de los asesinos, Los héroes inútiles, destacándose El tuerto es rey de Carlos Fuentes, en 1971, estreno latinoamericano al que asistió el autor, el cual elogió el desempeño de la actriz y escribió en las dedicatorias: “Para Aída-Donata, que sabe ver en la noche, muchas gracias, Carlos Fuentes”[8] y “La Donata de mis desiertos, Aída, su admirador y amigo, Carlos Fuentes.”[9]

En su camino profesional fue dirigida por Ángel Norzagaray, Marta Luna, Julián Guajardo y Juan Antonio Llanes, en obras como La casa de Bernarda Alba , De mujer a mujer, El pagador de promesas, El principito , La loca de Chaillot, La madrugada, El despojamiento y Mujer de migajas, por mencionar algunas. Perteneció a la Compañía Estatal de Teatro de Baja California A. C. También se desarrolló en la dirección de escena, en que resaltan los montajes La pancarta, Los mendigos , El raterillo, La zapatera prodigiosa y Mujeres con mayúscula . Fue coordinadora de talleres de teatro estudiantil y directora de la Casa de la Cultura de Mexicali.

Lo anterior es sólo un esbozo de la destacada vida teatral de la intérprete bajacaliforniana, la totalidad de su trayectoria está documentada en su archivo personal y puede ser consultado en el CITRU por usuarios y usuarias nacionales y extranjeras. Catorce kilos de papel que representan décadas de trabajo arduo en los escenarios y detrás de ellos, pero, sobre todo, que ponen en evidencia un gran amor y dedicación al teatro. Catorce kilos que en un segundo paso se pueden traducir en un tonelaje de investigación, análisis, reflexiones e interpretación sobre la trayectoria profesional de la donante, del teatro bajacaliforniano, de las artes escénicas en la frontera norte, del gremio teatral y, principalmente, de las mujeres como constructoras de la cultura en México.




Dedicatorias de Carlos Fuentes a Aída Guevara por su trabajo actoral en El tuerto es rey, 1971. Archivo Aída Guevara, CITRU/INBAL.



Aída Guevara y Sergio Leal en El tuerto es rey, 1971. Archivo Aída Guevara, CITRU/INBAL.




Programa de mano de El tuerto es rey, 1971. Archivo Aída Guevara, CITRU/INBAL.



Una transformación de la mirada

Aída Guevara es una actriz prominente del teatro mexicano que ha impúlsado el crecimiento de su disciplina en Baja California, ha dado identidad a la región fronteriza con Estados Unidos, promovido la vida cultural y resignificado los escenarios mexicanos. Al resguardar su archivo, el CITRU no sólo preserva los documentos que nos brindan información sobre esta intérprete, sino que también abre líneas de investigación y amplía el estudio del teatro mexicano.

Este acervo documental generará conocimiento y diversas interpretaciones, dependiendo desde qué perspectiva sea mirado. De acuerdo con el nuevo realismo, del filósofo alemán Markus Gabriel, nuestro referente de investigación, llamado por él objeto, puede ser observado desde distintos ángulos para ser investigado; así, partiendo en este caso del objeto “Archivo Aída Guevara” habrá de desprenderse una rica variedad de conocimientos, pasando por todos los pensamientos y reflexiones de los sujetos que lo analicen desde sus puntos de vista, según sus experiencias personales y profesionales.

Esta colección, además, brinda la oportunidad de investigarla con base en el giro archivístico, como lo está realizando Edith Ibarra; es decir, el archivo como objeto de estudio per se, no solamente como una fuente de consulta y corroboración de datos, sino como “un dispositivo fundamental en la construcción del conocimiento histórico y la administración del poder político”.[10] Esto significa interrogar, analizar, deconstruir e interrelacionar los documentos con los contextos sociales, políticos, económicos y culturales, lo cual abre infinitas posibilidades de estudios decoloniales y de perspectiva de género, entre otros.

Este invaluable acervo da cuenta del trabajo de y por las mujeres. Ejemplo de ello es la información sobre el patrocinio del Club Soroptimista de Mexicali al teatro, y de las puestas en escena en las que se ha resaltado la presencia femenina, como son Mujeres con mayúsculay Mujeres de su tiempo , además de Mujeres como protagonistas del teatro de Federico García Lorca , entre otras.




Programa de mano de El despojamiento, 1987. Archivo Aída Guevara, CITRU/INBAL.




Anuncio en el periódico “La voz de la frontera” de La loca de Chaillot, 1981. Archivo Aída Guevara, CITRU/INBAL.



El patrimonio cultural es, en suma, un elemento susceptible de actuar como referente simbólico para construir un discurso hegemónico, el discurso de la nación, pero también el de aquellas otras identidades minoritarias que buscan, cada vez con mayor voz y fuerza, su legitimación.[11] 

El CITRU, al recibir la colección de esta intérprete, abre la oportunidad de conocer y reconocer el teatro desarrollado en el norte del país, específicamente en Baja California. Se distingue el trabajo teatral y cultural de Guevara, pero, sobre todo, se pone el acervo a disposición de la comunidad teatral nacional para la generación de nuevo conocimiento a través de su consulta e investigación.

Por su interpretación escénica, por su trayectoria, por su trabajo creativo y por su labor en la promoción de la cultura, Aída Guevara es un referente indispensable del teatro en la frontera norte y de México en general.



Bibliografía

Aída Guevara, video, CITRU/INBAL, https://www.youtube.com/watch?v=CNpOVnnrFkI Consulta: 2 de diciembre, 2022.

Archivo Aída Guevara, CITRU/INBAL.

Barajas Márquez, Samuel, “Entrevista con Carlos Fuentes ‘El tuerto es rey’ iba a ser novela”, publicación sin identificar, 24 de octubre de 1971. Archivo Aída Guevara, Carpeta 1 recortes de periódico y folletos, CITRU.

Carpeta Aída Escamilla de Guevara, PDF.

Estatutos de Soroptimist International of the Americas, https://soroptimist.imgix.net/05-for-members/Translated-Resources/Spanish/sia_bylaws-s.pdf Consulta: 5 de diciembre, 2022.

Fuentes, Carlos, El tuerto es rey, México, Joaquín Mortiz, 1970. Archivo Aída Guevara, CITRU/INBAL.

Gabriel, Markus, Por qué no existe el mundo, México, Océano, 2016.

González-Varas Ibáñez, Ignacio, Las ruinas de la memoria. Ideas y conceptos para una (im)posible teoría del patrimonio cultural , México, Siglo Veintiuno Editores, 2014.

Ibarra, Edith, “El archivo de María Luisa Ocampo desde una perspectiva feminista, el giro archivístico y el giro historiográfico” (documento inédito), proyecto de investigación, 2022.

Pollock, Griselda, Visión y diferencia. Feminismo, feminidad e historias del arte , Buenos Aires, Fiordo, 2015.

Ponce, Roberto, “Aída Guevara, la ‘gran dama’ del teatro bajacalifoniano”, Proceso, 18 de septiembre 2022, https://www.pressreader.com/mexico/proceso/20220918/282243784447854 Consulta: 2 de diciembre, 2022.

Quijano, Aníbal, “Colonialidad del poder y clasificación social”, Contextualizaciones Latinoamericanas. Revista semestral del Departamento de Estudios Ibéricos de la Universidad de Guadalajara , año 3, núm. 5, julio-diciembre de 2011, pp. 1-33, http://contexlatin.cucsh.udg.mx/index.php/CL/article/view/2836/7460 Consulta: 2 de diciembre, 2022.

Ríos Everardo, Maribel, “Metodología de las ciencias sociales y perspectiva de género”, en Norma Blazquez Graf, Fátima Flores Palacios y Maribel Ríos Everardo (coords.),Investigación feminista. Epistemología, metodología y representaciones sociales, México, UNAM, 2012.

Sánchez-Macedo, Jaime, “El giro archivístico: su impacto en la investigación histórica”, Humanitas, año 47, vol. IV, núm. 47, enero-diciembre de 2020, pp. 183-223, https://humanitas.uanl.mx/index.php/ah/article/view/279/223 Consulta: 2 de diciembre, 2022.

Trujillo Muñoz, Gabriel, La gran bonanza. Crónica del teatro en Baja California 1856-2006 , México, Universidad Autónoma de Baja California, Miguel Ángel Porrúa, 2006.



Semblanza de la autora

Claudia Irán Jasso Apango. Labora en el CITRU desde 2013. Es responsable de procesos de preservación, catalogación y consulta especializada. Tiene a su cargo los Fondos Ludwik Margules y La Carpa en México. Sus líneas de investigación son Documentación artística, Documentación teatral, Literatura gris y Muralismo y teatro. Es licenciada en Bibliotecología por la UNAM y estudió la maestría en Filosofía y crítica de la cultura en la Universidad Intercontinental. Ha dictado conferencias en México, Argentina y Colombia.



Recibido: 14 de diciembre de 2022.
Aceptado: 2 de marzo de 2023.

Palabras clave
Aída Guevara, archivos, perspectiva de género, actrices mexicanas.

Keywords
Aída Guevara, archives, gender perspective, Mexican actresses.

 

[1] Maribel Ríos Everardo, “Metodología de las ciencias sociales y perspectiva de género”, en Norma Blázquez Graf, Fátima Flores Palacios y Maribel Ríos Everardo (coords.), Investigación feminista. Epistemología, metodología y representaciones sociales, México, UNAM, 2012, p. 189.

[2] Edith Ibarra, “El archivo de María Luisa Ocampo desde una perspectiva feminista. El giro archivístico y el giro historiográfico” (documento inédito), proyecto de investigación, CITRU, 2022, p. 2.

[3] Roberto Ponce, “Aída Guevara, la ‘gran dama’ del teatro bajacalifoniano”, Proceso , 18 de septiembre de 2022, https://www.pressreader.com
/mexico/proceso/20220918/282243784447854
Consulta: 2 de diciembre, 2022.

[4] Idem.

[5] Aníbal Quijano, “Colonialidad del poder y clasificación social”, Contextualizaciones Latinoamericanas . Revista semestral del Departamento de Estudios Ibéricos de la Universidad de Guadalajara , año 3, núm. 5, julio-diciembre de 2011, p. 9, http://contexlatin.cucsh.udg.mx/index.php/
CL/article/view/2836/7460
Consulta: 2 de diciembre, 2022.

[6] Roberto Ponce, op. cit.

[7] Organización de voluntariado perteneciente a una red internacional de apoyo para el acceso a la educación y capacitación de mujeres y niñas en todo el mundo.

[8] Carlos Fuentes, El tuerto es rey, México, Joaquín Mortiz, 1970. Archivo Aída Guevara, CITRU/INBAL.

[9] Tarjeta. Archivo Aída Guevara, CITRU/INBAL.

[10] Jaime Sánchez-Macedo, “El giro archivístico: su impacto en la investigación histórica”, Humanitas, año 47, vol. IV, núm. 47,
enero-diciembre de 2020, p. 183 https://humanitas.uanl.mx/index.php/
ah/article/view/279/223

Consulta: 2 de diciembre, 2022.

[11] Ignacio González-Varas Ibáñez, Las ruinas de la memoria. Ideas y conceptos para una (im)posible teoría del patrimonio cultural, México, Siglo Veintiuno Editores, 2014, p. 45.