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Invitación para la inauguración de la muestra del Taller de Grabado Molino de Santo Domingo, Galería José María Velasco, México, 20 de marzo de 1970. Foto: Archivo Galería José María Velasco, Cenidiap/INBA.


 

 

Por siempre vanguardista, medio siglo de la Galería José María Velasco


Este espacio de difusión del arte, perteneciente al Instituto Nacional de Bellas Artes, se ubica en el barrio de Tepito, en la ciudad de México. Originalmente creada como parte de un proyecto para llevar manifestaciones artísticas a las zonas populares de la capital, a lo largo de sus más de cinco décadas de existencia la galería se ha mantenido como un lugar en el que tienen cabida las más variadas propuestas plásticas y visuales
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GUILLERMINA GUADARRAMA PEÑA HISTORIADORA
Investigadora del Cenidiap
guillegumx@yahoo.com.mx

 



Hasta finales de la década de 1980, la hoy casi sexagenaria Galería José María Velasco era considerada el primer espacio de promoción institucional dentro del largo camino por el que debería transitar cualquier artista joven que deseara destacar en las artes plásticas mexicanas. Al menos así lo consideraban aquellos que radicaban en la capital del país.
 
Tras ese primer “cedazo”, los jóvenes artistas podían esperar una exposición en el Museo de Arte Alvar y Carmen T. de Carrillo Gil —considerado como un foro para artistas de vanguardia— y con los años, “muchos años”, llegar al máximo recinto oficial de “consagración”, el Museo del Palacio de Bellas Artes.(1)

Otro camino para esos jóvenes artistas eran las becas para estudiar en el extranjero, ya que después de exponer en la Galería José María Velasco, aunque fuera en una muestra colectiva, podían aspirar a una, debido a que en sus currículos se asentaba que habían expuesto en un recinto oficial.

La galería José María Velasco, cuyo nombre original era José Clemente Orozco,(2) fue inaugurada el 7 de septiembre de 1951 en la avenida Peralvillo, justo a una cuadra del corazón de Tepito, el barrio popular más emblemático de la ciudad de México. Se trató de una de las tres galerías populares(3) que se instalaron en diversos barrios obreros de la capital, a iniciativa del recién creado Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), bajo la consigna de la educación artística como medio para la modernización de la sociedad.(4) En el proyecto original, las tres galerías se pensaron como verdaderos museos barriales cuyo objetivo era la difusión del arte para la educación y la recepción artística de la población; incluso, fueron designadas como sucursales del Museo Nacional de Artes Plásticas, inaugurado en 1947, ya que en ellas se presentarían las mismas actividades, incluyendo danza, teatro y conciertos.(5)

De las tres, la Galería José María Velasco es la única sobreviviente de esa utopía, pese a que en diversos momentos permaneció cerrada e incluso fue usada como bodega. Esto se debió, en principio, a que desde la segunda gestión del INBAL, encabezada por Miguel Álvarez Acosta de 1954 a 1958, se trató de preservar al menos un foro en una zona obrera y, después, gracias a que a lo largo de más de cinco décadas se ha mantenido la línea marcada por la maestra Elena Olachea, quien estuvo al frente de la galería de 1958 a 1985 y que través de su labor como promotora convirtió este espacio en uno de los foros donde podían exponer los artistas jóvenes. 

La Galería José María Velasco —entonces José Clemente Orozco— y las Galerías Integrales Chapultepec —que devino en simplemente Galería Chapultepec— fueron en esa segunda administración cultural a cargo de Álvarez Acosta los principales lugares para la difusión del arte hacia los estratos populares de la sociedad. No obstante, la segunda fue cerrada en los años ochenta, junto con otras galerías creadas en años posteriores, como la del Auditorio Nacional, una nueva galería José Clemente Orozco —instalada en la colonia Roma de la ciudad de México— y la Tierra Adentro. Así, la Galería José María Velasco pudo sobrevivir al desmantelamiento de la infraestructura de difusión y pese a los infames recortes presupuestales.

 

Foro plural

Dada su larga trayectoria, este espacio ha sido un “espejo” de los cambios en las políticas culturales que se dieron en el país durante la segunda mitad del siglo XX, así como un recinto de exhibición plural, detonador de expresiones artísticas de vanguardia.  Cuando abrió sus puertas, la exposición inaugural fue una muestra panorámica de la producción de ese momento, desde obras de los “grandes” artistas consagrados como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Carlos Mérida y Rufino Tamayo, hasta de los entonces jóvenes Juan Soriano y Guillermo Meza.

Por algún tiempo, durante esos primeros años, también dio cabida a muestras pictóricas infantiles —algo que en ese momento era una constante en el ámbito internacional—, muchas veces enfocadas hacia la educación vial e higiene, líneas prioritarias de las autoridades educativas y culturales de la época.

Pero Elena Olachea, segunda directora del recinto después de un paso fugaz de la pintora Helena Huerta, fue más allá. Cuando tomó las riendas del lugar no se limitó a aceptar o rechazar a los que solicitaban el espacio para exponer, sino que recorría las galerías privadas para conocer lo que se estaba produciendo e invitar a los creadores a exponer en la José María Velasco. Incluso expusieron artistas del movimiento conocido como la Ruptura, entre ellos Lilia Carrillo, Francisco Corzas, Roberto Donis, Manuel Felguérez y Alberto Gironella. Es decir, Olachea no esperó a que estos artistas enfrentados ideológicamente con las autoridades culturales llegaran a la galería para solicitar un espacio para exponer, sino que ella iba a su encuentro, los buscaba donde exhibían y solicitaba las obras para llevarlas al barrio de Tepito, aunque fuera en muestras colectivas —porque ellos no prestaban más obras— para que las clases populares de la ciudad de México, que nunca irían a sitios ocupados por estratos sociales más favorecidos, como la llamada Zona Rosa, tuvieran un acercamiento a estas propuestas. En términos de criterios de exposición su apertura fue total, ya que ella “no estaba peleada” con ninguna tendencia estética. Esta permisividad en mostrar todas las corrientes llegó incluso a algunos artistas que exhibían en el Jardín del Arte, ubicado en el parque Sullivan de la capital del país.  

Los cambios en la política cultural, propios de cada régimen, no modificaron la línea trazada desde los primeros años de existencia de la galería José María Velasco: la promoción de los jóvenes que se caracterizaran por su calidad artística y por hacer propuestas estéticas. Entre los ejemplos más destacados está la muestra 15 pintores contemporáneos, que hacia finales de los años cincuenta se presentó con el joven Gilberto Aceves Navarro; el Taller de Grabado Molino de Santo Domingo (1970), considerado, en su momento, un proyecto de vanguardia; Felipe Ehrenberg, con su primera propuesta conceptual Chicles, chocolates y cacahuates (1973), y la exposición Conozca México visite Tepito (1973), una de las más interesantes propuestas conceptuales y que dio origen al grupo Tepito Arte Acá.

Hoy en día, la Galería José María Velasco se ha consolidado como un punto de referencia dentro del barrio de Tepito y mantiene su convicción de lugar de apertura a las más diversas manifestaciones artísticas —incluso ha dado cabida a artistas del graffiti con la exposición Invasores, carteles y stickers (2007)—, razones por la cuales ha pervivido por más de medio siglo como un espacio de difusión y recepción del arte contemporáneo, que ha logrado sobrevivir a los proyectos propios de cada administración cultural.

 

Notas
1. Entrevista a Carlos Jaurena Ross, artista visual y director de la galería José María Velasco de 2000 a 2004. Video Una galería de arte en Tepito, serie Abrevian Videos, México, Cenidiap/INBA, Canal 23/Centro Nacional de las Artes, 2006.

2. En 1958 se le asignó el nombre de José María Velasco, como una manera de rendir homenaje al paisajista decimonónico que por algún tiempo vivió en la avenida Peralvillo.

3. Las otras dos fueron la galería José Guadalupe Posada, instalada en la colonia Doctores, y la galería Cervantes, en la colonia Guerrero, ambas en la ciudad de México.
 
4. El INBAL había sido creado en 1947 y uno de sus objetivos fue la educación artística y la difusión del arte entre las capas más amplias de la población. Fernando Gamboa, Discurso de inauguración de la Galería JCO, septiembre de 1951, Archivo de la Promotora Cultural Fernando Gamboa.

5. Entrevista a Elena Olachea por Guillermina Guadarrama, junio 2002.


 


Invitación de la muestra de Felipe Ehrenberg Chicles, chocolates y cacahuates..., Galería José María Velasco, México, febrero-marzo 1973. Foto: Archivo Galería José María Velasco, Cenidiap/INBA.


Invitación para la inauguración de la muestra conceptual Conozca México visite Tepito, Galería José María Velasco, México, 28 de septiembre de 1973. Foto: Archivo Galería José María Velasco, Cenidiap/INBA.


Invitación para la inauguración de la exposición Invasores, carteles y stickers, Galería José María Velasco, México, 25 de marzo de 2007. Foto: cortesía Galería José María Velasco.