JULIO
DICIEMBRE
2020
Resumen
Exploración de la relación entre arte e investigación en la que las prácticas artísticas no son consideradas sólo como objetos de estudio de un sujeto y una metodología dada, sino como modos de producción de conocimiento que abren el abanico de los métodos de exploración y ofrecen herramientas valiosas para la argumentación conceptual del proceso investigativo y favorece las perspectivas situadas y críticas.
Loreto Alonso Atienza / artista
E INVESTIGADORA
INVESTIGADORA DEL CENIDIAP
alonso.loreto@gmail.com
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Propongo estrategias de las artes visuales como herramientas en la investigación, documentación y difusión cultural de distribución de conocimiento que amplíen públicos y modelos interpretativos. Apelamos a la ficción en su forma de extrañamiento cognitivo como un elemento a considerar en la constitución de un marco epistemológico mucho más abarcador que no sólo encuadra, sino que se desborda, se proyecta, y especula a favor de una necesidad de imaginar fugas y retornos a los problemas que la investigación enfrenta.
El texto articula estos elementos a través de dos prácticas artísticas e investigativas desarrolladas en el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap): Jababacoa. Memoria colectiva y trabajadoras textiles en la Cuba postsoviética (2019) y Ectopía. Estéticas, biotecnologías y mujeres villautópicas, una modernidad latinoamericana desde la ciencia ficción (2020).
Por una investigación situada, colaborativa y transdisciplinaria
Entender el proceso de conocimiento desde una perspectiva situada implica abandonar la neutralidad de lo universal, de los conceptos dados, y supone una revisión tanto de las epistemologías tradicionales como de la autosuficiencia del sujeto que investiga.
Se trata de tener en cuenta la experiencia del cuerpo y la subjetividad de todos los actores implicados en la investigación sin obviar los procesos sociales e históricos en los que se encuentran ensamblados. Hacer visibles sensibilidades heterogéneas, sistemas perceptivos, modos de representación y formatos de memoria que condicionan el proceso investigativo contribuye activamente a la desnaturalización de concepciones asentadas acríticamente bajo el dominio de “lo normal”. Coincidimos con Donna Haraway en que: “Sólo la perspectiva parcial promete una visión objetiva. Todas las narrativas culturales occidentales sobre objetividad son alegorías de las ideologías que rigen las relaciones de lo que llamamos mente y cuerpo, distancia y responsabilidad”.[1]
La condición conscientemente subjetiva de las prácticas artísticas supone una forma de ubicación del proceso subjetivo en los sistemas de poder y sus usos en los modos de representación. Al contrario del sujeto ensimismado, el sujeto situado está definido por sus vinculaciones con todo un ambiente mediático de flujos de comunicación y expresión.
Otra aportación valiosa de esta perspectiva situada es su interés por entenderse en el momento presente, lo que implica localizar la experiencia en el tiempo (histórico) y articularla en un proceso de actualización constante.
Desde sus distintas posiciones, sujetos y objetos de investigación ofrecen modos de conocimiento parciales pero significativos. En este sentido, las prácticas colaborativas, tan comunes en lo artístico, producen conocimientos no sólo colectivos sino problemáticos, donde las contradicciones y paradojas del proceso de investigación son desarrolladas como problemáticas provechosas.
La investigación asume así una organización de conocimientos propia, donde surgen y se contrastan inscripciones, clasificaciones y legitimaciones que no quedan determinadas a priori desde la jerarquía de los campos instituidos. Esto implica una serie de desplazamientos disciplinarios entre diferentes estudios y disciplinas tradicionales, pero también entre lenguajes especializados y cotidianos. La dimensión transdisciplinaria vincula necesariamente lo que en un esquema epistemológico clásico ha sido dividido entre teoría y práctica.
Jababacoa, instalación en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, XIII Bienal de La Habana.
La instalación artística como espacio propio de la investigación
La investigación Jababacoa. Memoria colectiva, trabajadoras textiles en la Cuba postsoviética[2] propone hacer surgir, a través de la creación de un espacio propio para la investigación, la memoria colectiva de un proceso productivo como fue la confección textil de un municipio periférico, antiguamente industrial, de La Habana.
Este proyecto parte de una estrategia artística instalativa[3] que implicó la construcción de un Taller de Costura en las salas del Museo Histórico de Guanabacoa y una presentación de elementos físicos, lumínicos y audiovisuales en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales de La Habana.
La instalación se refiere a un tipo de arte en el que el espectador recorre y experimenta a través de sus sentidos. Se trata de crear un espacio en el que se encuentra en un ambiente frecuentemente inmersivo, teatral, experiencial. Podríamos decir que este espacio responde a dos ideas fundamentales: la activación del espectador y el descentramiento delobservador monocular. Nicolás de Oliveira en su libro Installation Art (1993) plantea la instalación como: “Un tipo de arte que rehúsa mirar a un objeto aislado sino a un grupo de objetos en sus relaciones entre sí y con el contexto”.
El problema de la investigación sobre los modos productivos y su documentación toma forma en la propia dimensión del espacio de colaboración, tanto en su versión de Taller de Costura como en su posterior configuración al público de arte.
La instalación del Taller de Costura fue activada por mujeres ex trabajadoras de los talleres textiles que existieron en el municipio, trabajadoras textiles en la actualidad y el grupo de artistas. Una sala del museo fue equipada con máquinas de coser y los materiales necesarios para la confección de bolsas[4] al tiempo que compartimos conocimientos sobre nuestras experiencias productivas. Un taller es una organización espacial propia tanto de artistas como de trabajadoras textiles. Un espacio recorrible por el que circulan no sólo trabajo sino conversaciones, músicas y momentos de descanso conjunto.
Consideramos interesante ubicar este taller en el contexto del Museo de Historia de Guanabacoa como estrategia de representación y legitimación. Se trataba de vincular el patrimonio industrial inmaterial, como son las memorias de ese proceso productivo, al patrimonio cultural material del municipio de objetos artísticos y documentos históricos, insertando de ese modo en la narrativa museal experiencias vivenciales afectivas y políticas que raramente se tienen en cuenta.[5]
Las dimensiones e infraestructuras del taller planteaban una idea de artesanalidad, un elemento central a la propuesta para la reflexión en común sobre los modelos de trabajo tanto fordistas como posfordistas (trabajo inmaterial, creativo, afectivo, etcétera), y que llevó a la discusión sobre las relaciones superficiales que conlleva la aceleración productiva, el aumento de procesos especializados y la tendencia a la desconexión entre los agentes.
En este espacio surgió también un cuestionamiento sobre las aparentes contradicciones entre industrial y artesanal, lo que nos llevó a pensar los modos de hacer como una cuestión de escala entre procedimientos artesanaleslocales y procedimientos industriales, expansivos y externalizados.[6]
Con el modelo de trabajo que proponemos apelamos a una nueva artesanalidad que no se opone a nuevas tecnologías o dispositivos sino a la falta de compromiso con lo que se está haciendo, como defiende Richard Sennet: “‘Artesanía’ designa un impulso humano duradero y básico, el deseo de realizar bien una tarea, sin más”.[7]
Imaginar modos de trabajar es también imaginar modos de vida. En este sentido, el Taller Jababacoa no se plantea como un espacio de nostalgia sino como un ejemplo de invención y de poder subjetivo de las trabajadoras textiles que tuvieron que reinterpretarse a sí mismas y reformularse ante el desmantelamiento de su fuente de trabajo. Y como aprendimos del ejemplo de estas mujeres, tanto la estructuración como la desestructuración de los modelos productivos supone un marco fundamental para entender los límites y las posibilidades que podemos articular.
El resultado más importante de esta experiencia no fueron los datos obtenidos sino el proceso de estimulación mutua para recordar. Como grupo humano con distintos saberes y experiencias, llevamos a cabo métodos de exploración y conformación de datos fundamentalmente de carácter dialógico, entrevistas, búsqueda y organización de memorias vivenciales y laborales.
Jababacoa . Acción performática en el Museo Histórico de Guanabacoa, XIII Bienal de La Habana.
La acción performática como estrategia de recuerdo
Como parte de la activación de las memorias particulares en búsqueda de una memoria colectiva, desarrollamos en el espacio instalativo acciones performáticas con la intención de indagar más en las memorias corporales y sus modos de expresión.
En Salida de la fábrica de Rita Montaner se propone colapsar dos imágenes significativas de lo heroico y de lo cotidiano del trabajo femenino.
Mecánica sin máquinas señala repeticiones y los modos apropiados de hacer por cada trabajadora al tiempo que crea una imagen sintomática de la ausencia de un miembro.
Cuerpo trabajado representa las huellas del trabajo físicas para también pensar las huellas del trabajo psíquicas, y cómo las actividades que realizamos son moduladoras de nuestras subjetividades.
Intercambio de valores es un intercambio simbólico que da cuenta de la importancia de los valores inmateriales y de la posibilidad de compartirlos.
En Patrón de representación proponemos la figura del patrón, no sólo su uso práctico sino su potencial como dispositivo de memoria, en el que lo político y lo personal superponen sus escalas y sus lenguajes.
Fritura de camisa Yumuri es una representación cómica que alude a la sustitución de la industria textil por la industria alimentaria en el país.
Cacheo y desarme hace referencia a las revisiones que sufrían en ocasiones las trabajadoras en algunos de los centros de trabajo, pero sobre todo a la idea de desarme de las fábricas, como manifestaron algunas de las participantes.
Nuestra investigación, como acción participante y obra artística,[8] supone la posibilidad de reformular la distancia y diferencia de sujeto y objeto que refuerza la lógica hegemónica tanto en el arte como en los estudios sociales.
Consideramos que, en nuestra experiencia, los sujetos investigadores y objetos de investigación no se presentan radicalmente distintos y se influyen mutuamente durante el proceso cambiando modos de hacer y originando soluciones estéticas.
La exhibición como medio de distribución del conocimiento
Los testimonios generados en el Taller en forma de conversaciones y entrevistas suponen un núcleo central de la investigación tanto en sus contenidos como en sus tonos.[9] Estos materiales fueron reorganizados conceptualmente en otra propuesta instalativa, esta vez en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, donde se exhibió al público como parte del programa oficial de la XIII Bienal de La Habana.
La instalación no es sólo un problema de ubicación sino de distribución de sentidos que están intrínsecamente conectados con la historia, la memoria y la política situada específicamente. La disposición de materiales propone un orden y establece un área de reflexión, pero sólo los visitantes libres de moverse y fijarse en distintos elementos simultáneos pueden decidir elorden de su recorrido.[10] Es necesario despertar la curiosidad y de alguna manera conseguir administrar expectativas e incluso deseos. Datos verbales y visuales se relacionan en muchas ocasiones de manera paradójica; la instalación no se contenta con explicar un objeto sino que aporta sentidos totalmente diferentes, lo desvía y lo modela.
Consideramos que nuestra gestión de los materiales audiovisuales, experienciales y poéticos respondió al objetivo de maximizar la comunicabilidad, comprensión y capacidad de afectar y generar solidaridades frente a una situación que no estaba siquiera en discusión en el espacio personal y familiar de las mujeres con quienes colaboramos, y que resulta muy significativo de la situación de muchas otras mujeres y hombres en la actual situación económica y productiva de Cuba.
En este sentido, destacamos la experiencia de la imagen “en vivo” comoherramienta de difusión y de ampliación de públicos[11] que caracteriza a los eventos artísticos como unos de los aportes al ámbito investigativo que, en ocasiones confinada a sus canales especialistas, disminuye sus posibilidades como práctica de creación de conocimiento social.
Ectopía. Fotogramas del ensayo visual.
La imagen como ensayo
El desarrollo de las tecnologías visuales y de transmisión (digitalización, telecomunicación, cibernetización) ha modificado radicalmente la forma en la que se da cuenta de cualquier fenómeno o acontecimiento. El uso de imágenes de todo tipo, pero fundamentalmente las imágenes técnicas, ha proliferado en todos los campos del conocimiento e incluye tanto a nuevas tecnologías ópticas aplicadas a procedimientos médicos como a la informatización y visualización de datos en estudios sociales, pasando por sus funciones documentales y pedagógicas.
Algunos autores hablan incluso de un giro pictórico o visual en las formas del conocimiento que sigue la lógica del giro lingüístico de los años sesenta. Para el teórico de los estudios visuales Thomas Mitchell: “La imagen ha adquirido un carácter que se sitúa a mitad de camino entre lo que Thomas Kuhn llamó un ‘paradigma’ y una ‘anomalía’, apareciendo como un tema de debate fundamental en las ciencias humanas, del mismo modo que ya lo hizo el lenguaje: es decir, como un modelo o figura de otras cosas”.[12]
En este panorama de transformación de las propias formas de percepción y acción epistemológica, un ensayo visual se presenta como un medio privilegiado y permite argumentar conceptos complejos entre figuraciones y textos, apelando a una interpretación conjunta del habla, el lenguaje escrito, las imágenes, los sonidos, el montaje, diseño, etcétera; el conocimiento que se produce a través de estas diferentes formas de comunicación y de expresión se articula de manera distinta que en la lectura de un texto y permiten también igual que éste desplegar lecturas transversales.
Imágenes y metáforas visuales apelan tanto a nuestra emoción como a nuestra razón. Podemos decir que el ensayo visual propone una zona de convergencia entre lo visible y lo conocido, que es donde se escenifican las tensiones entre la linealidad del texto y la simultaneidad de las imágenes, frecuentemente en movimiento y sonoras. También la función documental de la investigación entra en un diálogo formal con las capacidades expresivas de la imagen y el montaje.
Algunos autores defienden el ensayo visual más allá de sus cualidades formales específicas. Luc Pauwels, por ejemplo, plantea que: “El ensayo visual debe definirse preferiblemente como un enfoque, un método o una configuración que desempeña diferentes modalidades expresivas de una manera algo abierta e implícita en lugar de por sus cualidades formales específicas”.[13] El autor señala una posible evolución del ensayo visual en relación con el desarrollo las nuevas tecnologías cada vez más visuales, por lo que podemos pensar que esta forma de producción de conocimiento seguirá creciendo cuantitativa y cualitativamente en todos los ámbitos disciplinarios.
Consideramos que una de las funciones más relevantes del ensayo visual como modelo argumental es la activación de memorias compuestas por elementos perceptivos y sensaciones heterogéneas.
En las investigaciones Jababacoa y Estéticas, biotecnologías y mujeres villautópicas, el ensayo visual se propone como forma del reactivar memorias que en ambos casos no se circunscriben a lo acontecido sino al modo en el que había sido experimentado el proceso productivo histórico, en el primero, y una utopía moderna, en el segundo.
Estéticas, biotecnologías y mujeres villautópicas explora, a cien años de su publicación, el imaginario de la primera novelade ciencia ficción publicada en México: Eugenia. Esbozos novelescos de costumbres futuras (1919), escrita por el pedagogo, médico y académico cubano-yucateco Eduardo Urzaiz (1876-1955).[14]
Esta obra presenta una utopía de carácter socialista situada en la ciudad de Mérida, convertida en 2218 en Villautopía. A través de la interpretación conceptual y visual de los elementos de la novela, la investigación aborda cuestiones estéticas y políticas, construcciones biotecnológicas y geopolíticas que exigen una mirada histórica pero también una lectura situada de movimientos como el socialismo, el feminismo, el cientificismo o el racionalismo, representando sus aportaciones, así como las sombras (racismo, darwinismo social y explotación biopolítica) que proyecta la idea de progreso como un método para asegurar y justificar una hegemonía.
La investigación de un objeto tan polimórfico exige tanto de un trabajo transdisciplinar como colaborativo. Nos han parecido relevantes las experiencias locales y la percepción de un presente que queda acotado en el trabajo por su determinación histórica y la proyección diegética que plantea la obra. Esto hizo indispensable la creación de un grupo de diálogo como plataforma de intercambio de conocimientos y la puesta en común de nuestros resultados.
En este sentido, consideramos especialmente eficaz el recurso audiovisual por su capacidad para abrir la circulación de argumentaciones y conceptos. Las imágenes pueden considerarse un factor de transmisión de nuevos conocimientos que de esta forma se inmiscuyen rápidamente en nuestras conciencias vinculándose sinópticamente con lo ya conocido.
Ectopía . Fotogramas del ensayo visual.
El extrañamiento como marco epistemológico
La ficción no comienza donde el conocimiento termina, siguiendo a Donna Haraway: “Las fronteras entre la ciencia ficción y la realidad social son una ilusión óptica”.[15]
La ciencia ficción como género literario surge de las utopías de progreso y del entusiasmo tecno-científico propio del siglo XIX; los imaginarios que propone transcienden el ámbito de las tecnologías maquínicas y entra de lleno en las esferas políticas y estéticas. Como reivindica uno de sus primeros teóricos, Darko Suvin, la ciencia ficción tiene un valor epistemológico para el presente y el futuro pues “supone una realidad alternativa que se encuentra en el mismo nivel ontológico que la realidad empírica”.[16]
Alarmados como estamos por vivir en un régimen global que ha sido definido como posverdad, al ritmo de noticias falsas y eventos sintéticos que suelen favorecer siempre a los mismos intereses de desinformación, nuestra intención no es confundir la ficción con una realidad consensuada, al contrario, nos gustaría defender la idea de ficción construida y, especialmente, ficción especulativa y ciencia ficción como extensiones experimentales de un desdoblamiento que no deja de dialogar con una realidad difícil de abarcar.
Frente a la desconfianza acrítica con la verdad documental proponemos la desfamiliarización[17] como una estrategia para hacer visible los dispositivos de poder que establecen un principio de realidad y un orden de interpretación jerárquico. No se trata de negar hechos ni obviar las aportaciones que desde la disciplina histórica y otras construyen estos marcos de realidad, sino de transmitir estos aportes junto con una reflexión sobre sus funciones y sus límites, sondeando los miedos y esperanzas reales que encierra el continuo flujo entre el documento y la ficción.
La ciencia ficción o ficción especulativa supone desde esta perspectiva “la creación de un mundo ficcional alternativo que, por rechazo a tomar nuestro mundano ambiente como algo dado y definitivo, implícita o explícitamenterealiza una interrogación críticamente extrañada de éste”.[18]
Ambos proyectos de investigación, Jababacoa. Memoria colectiva y trabajadoras textiles en la Cuba postsoviética y Ectopía. Estéticas, biotecnologías y mujeres villautópicas, una modernidad latinoamericana desde la ciencia ficción , implican procedimientos propios de la investigación académica (entrevistas, prácticas documentales y desarrollos conceptuales) pero también estrategias artísticas contemporáneas (instalación, prácticascolaborativas, registros audiovisuales y proyección de videomapping)[19].
Jababacoa. Memoria colectiva y trabajadoras textiles en la Cuba postsoviética plantea una narrativa sobre la realidad investigada articulando datos históricos y recursos de la ficción. Pasamos meses entrevistando a mujeres, organizando conversaciones grupales e intercambiando con ellas ideas y perspectivas que nos llevaron a elaborar metáforas, estrategias de cambios en los sistemas de representación, instalaciones, montajes y ediciones diversas. Nuestro trabajo no fue sólo vehicular los contenidos documentales aportados sino convertirlos en una ficción que active nuestra reflexión y establezca vínculos de solidaridad. El resultado de nuestro proceso es fruto de estas dos intenciones, la de documentar y la de ficcionar. Es en el entretejimiento de elementos que surge lo que queremos transmitir y cómo queremos compartirlo. Consideramos este trabajo tanto una práctica colaborativa como de creación de fantasía y de articulación de un aparato formal que apele a una recepción particular.
Ectopía. Estéticas, biotecnologías y mujeres villautópicas, una modernidad latinoamericana desde la ciencia ficción va más allá en esta relación con lo ficcional, pues parte de una construcción explícitamente cienciaficcional, la novela del doctor Urzaiz que especula desde el intenso presente de la Mérida revolucionada de 1919 sobre las esperanzas de transformación en los ámbitos de la educación, la igualdad social y la igualdad de género, la ciencia, la función estética y la cuestión reproductiva y el conjunto de procesos de subjetivación tanto individual como social.
Nuestra lectura de la propuesta de Urzaiz para el siglo XXIII parte de la exploración del estado actual sin perder la perspectiva histórica y desarrolla el mismo ejercicio especulativo que realizó el autor.
El racismo de los dispositivos eugenéticos que preñaron el pensamiento científico y político de aquellos años se presenta desde las formas de control informatizadas y cibernética del presente. El feminismo[20] es así también interpretado desde el momento actual en el que la lucha por la igualdad de las mujeres se encuentra en un punto fundamental del debate público. Cuestiones como el aborto, el embarazo subrogado o la violencia contra los cuerpos reproductivos son puestos en relación tanto con las perspectivas modernas como con sus expectativas futuras.
La educación y el arte en los tiempos de Felipe Carrillo Puerto se plantearon como los principales ámbitos de transformación social con los debates en torno a la educación pública, mixta y laica o las experiencias pedagógicas racionalistas.[21]
La significativa impronta del estilo neomaya aún patente en la arquitectura y la identidad de la ciudad sigue dando lugar a múltiples e interesantes investigaciones en las confluencias entre estética, política e identidades subalternas.
En nuestra investigación proponemos un paseo por Villautopía cien años después, cuando la educación sigue siendo un debate fundamental para el desarrollo social y cultural, cuando la cuestión del acceso a una educación de calidad o la polémica de los uniformes mixtos delata los obstáculos aún presentes en la incorporación igualitaria. Pero también abordamos el impacto de las tecnologías de comunicación (Internet, telefonía móvil, etcétera) en los sistemas del aprendizaje y las formas de vida. Y especulamos con ideas que ya anticipaba la novela como la hipnosis, devenida una hipnosis dactilosuperficial a nivel usuario como ampliación de las mediaciones con un mundo, cada vez más representado, incluso habitado, desde la virtualidad.
Por último, a partir de la ficción geopolítica que plantea la novela en la que Villautopía se presenta como capital de un estado transnacional, la Subconfederación de América Central, planteamos una reflexión sobre las relaciones históricas y futuras de la Península de Yucatán con Cuba y los países centroamericanos con los que comparte una igual preocupación sobre desarrollo y el impacto del turismo.
Estos ejercicios, necesariamente transdisciplinarios, dialogan con ámbitos de investigación ya conformados como la revisión del sueño del progreso y el control biopolítico del porvenir, pero también proponen otras posibilidades de argumentación. Es en los cruces de estas condiciones y perspectivas que surgen los cuestionamientos críticos y se pueden abrir nuevas líneas de investigación.
Como medios de distribución de conocimiento, las estrategias exhibitivas del arte, como son la exposición o el ensayo visual, pueden ser útiles para la ampliación de públicos e interlocutores de la investigación y de este modo promover modelos interpretativos diversos. La instalación multimedia o el performance artístico también pueden contribuir a un despliegue desde y hacia formas de investigación más situadas y críticas, exigiendo una actitud cuestionadora desde la propia forma en la que se comparte el proceso investigativo y aporta estrategias imprescindibles para que el conocimiento sea más colectivo. La construcción ficcional pone de relevancia el diálogo implícito entre documentos e imaginación y pone en el centro de la cuestión la necesaria discusión en torno a la objetividad.
Estas maniobras no son necesariamente antagónicas a los modelos de investigación disciplinarios en los que lo ficcional y la creación e interpretación de imágenes también está muy presente. Quizá la actual situación mediática, y las formas comunicativas cada vez más visuales, si no audiovisuales, nos lleva a enfatizar esta centralidad de la imagen y la ficción en todas nuestras formas tanto expresivas como comunicativas.
Pensar con imágenes y reflexionar sobre sus modos de montaje y circulación abre nuevas perspectivas a un proceso investigativo que no niega sus logros pasados pero que se proyecta al futuro como un espacio necesario de pensar juntos y de pensar libres.
Referencias bibliográficas
Alonso Atienza, Loreto, “Dar lugar a dudas. Producción de conocimiento yprácticas artísticas”, Arte y Políticas de Identidad, vol. 4: Arte y Educación. Pedagogías críticas, diciembre de 2011, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia, pp. 63-80, <https://revistas.um.es/reapi/issue/view/10861>.Freedman, Carl, Critical Theory and Science Fiction, Estados Unidos, Wesleyan University Press, 2000.
Haraway, Donna, “Situated Knowledges: The Science Question in Feminism and the Privilege of Partial Perspective”, Feminist Studies, vol. 14, núm. 3, verano 1988, p. 583, <http://www.jstor.org/stable/3178066>.
__________, Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza, Madrid, Cátedra, 1991.
Kabakov, Ilya, “Introducción a la instalación total”, Ilya Kabakov: instalaciones, París, Centro George Pompidou, 1995.
Mitchell, W. J. Thomas, Teoría de la imagen, Madrid, Akal, 2009.
Pauwels, Luc, “Conceptualizing the Visual Essay as a way of Generating and ImpartingSociological Insight: Issues, Formats and Realizations”, Sociological Research online, núm. 17, 2012, < http://www.socresonline.org.uk/17/1/1.html >.
Sennet, Richard, El artesano, Barcelona, Anagrama, 2009.
Suvin, Darko, Metamorfosis de la ciencia ficción, México, Fondo de Cultura Económica, 1984.
Páginas web
Consultadas el 15/06/2013.
http://www.afectadosporlahipoteca.com.
http://www.democraciarealya.es.
Referencias audiovisuales
Consultadas el 15/06/2013.
Manifiesto Democracia Real Ya! en lenguaje de signos.
Palabras clave
investigación, epistemología, taller, ensayo visual, instalación.
[1] Traducción de la autora, en el original: “Only partial perspective promises objective vision. All Western cultural narratives about objectivity are allegories of the ideologies governing the relations of what we call mind and body, distance and responsibility”. Donna Haraway, “Situated Knowledges: The Science Question in Feminism and the Privilege of Partial Perspective”, Feminist Studies, vol. 14, núm. 3, verano 1988, p. 583, <http://www.jstor.org/stable/3178066>.
[2] Jababacoa. Memoria colectiva, trabajadoras textiles en la Cuba postsoviética es una investigación que surge desde una práctica artística colaborativa entre el artista cubano Luis Gárciga, el colectivo artístico C.A.S.I.T.A. (Eduardo Galvagni, Diego del Pozo y Loreto Alonso) y un grupo de treinta mujeres ex trabajadoras textiles del municipio cubano de Guanabacoa. El proyecto artístico se realizó en el marco de la XIII Bienal de la Habana dedicada en esta ocasión a “La construcción de lo posible”.
[3] No consideramos la instalación artística únicamente como un género o estilo artístico específico, con este nombre queremos destacar el aspecto instalativo de objetos e imágenes en el espacio como el elemento fundamental para entender otras gramáticas espaciales y culturales. En este sentido, la reflexión sobre el espacio geométrico se expande a la preocupación sobre distintos modelos de subjetivación que surgen de las experiencias estética derivadas de las posibilidades de interacción e interactividad que fomenta la instalación, ya no sólo como modelo acotado sino como ejemplo de la gran instalación que supone nuestro propio mundo contemporáneo.
[4] La elección de la bolsa responde a un interés antropológico de la realidad cubana y da nombre al proyecto Jababacoa, pues jaba es como se denominan las bolsas en Cuba, y Guanabacoa es el municipio anteriormente industrial de La Habana en el que trabajamos.
[5] El Museo Municipal de Guanabacoa es una institución pública del Estado cubano fundado el 26 de julio de 1964, su sede es una casona colonial del siglo XIX conocida como la Casa de la Camarera, que mantiene sus salones, dormitorio y cocina amuebladas, así como un quitrín o coche de caballos. Fue el primer museo de Cuba en tener en sus salas exposiciones de etnología religiosa de origen africano ( Santería o Regla de Ocha, Regla o Culto de Palo Monte y Sociedad Secreta Abakuá ). En la actualidad exhibe objetos rituales, atributos, ofrendas, trajes, elementos del rito, así como una colección de tambores rituales. También se encuentran en exposición permanente otros objetos pertenecientes a tres de sus más destacados vecinos: Rita Montaner, Bola de Nieve y Ernesto Lecuona. Nuestro interés era insertar el relato del trabajo y especialmente el trabajo femenino en los talleres textiles en esta heterogénea narrativa museológica para destacar la importancia que en la época reciente (aproximadamente desde la década de 1940 hasta principios del actual) ha tenido el desarrollo industrial para la vida y la historia del municipio.
[6] Contrariamente a los relatos más usuales en América Latina, la industrialización de Guanabacoa no se narra como un movimiento de pérdida de una comunidad sino precisamente como la posibilidad de conformación de un presente y futuro comunitario.
[7] Richard Sennet. El artesano, Barcelona, Anagrama, 2009, p. 20.
[8] Loreto Alonso, “Dar lugar a dudas. Producción de conocimiento y prácticas artísticas”, 2011. “La idea de investigación-creación, con la que podemos relacionar las producciones artísticas, parte del convencimiento de que toda reflexión debe conducirnos a una práctica que sólo es posible lograr a través de una interacción con los demás. La investigación-creación implica por tanto un proceso de relación entre varios agentes en el que sería difícil adelantar un punto final in progress. El estado siempre en proceso de lo que podríamos llamar investigación en las prácticas artísticas no invalida sin embargo la posibilidad de generar productos contingentes que pueden tomar la forma de textos, diálogos, análisis teóricos, elaboración de esquemas, incluso otros procedimientos originarios de las ciencias sociales como son entrevistas, la construcción de archivos, la organización de grupos de trabajo, etc., pero estos resultados del proceso tienen sobre todo la característica de expresarse con elementos visuales y materiales tales como imágenes, instalaciones, objetos, performances, intervenciones urbanas, materiales audiovisuales, etc., transmisores de una serie de valores inmateriales y simbólicos que han constituido desde siempre el objeto de lo artístico”.
[9] En paralelo con el desarrollo del trabajo textil llevamos a cabo conversaciones, algunas de carácter grupal y colectivo y otras entrevistas individuales a las ex trabajadoras de los talleres. Agrupamos un total de treinta horas de grabación que se unieron a las veinte horas de video en las que tomamos planos generales de las dinámicas del Taller. También realizamos este tipo de entrevistas a mujeres que por su edad o condición no pudieron acudir al Taller Jababacoa y que visitamos en sus casas. Esta práctica propia de las investigaciones sociales nos fue muy útil para recabar datos significativos para el proyecto como una formalización de un saber que si bien no estaba oculto tampoco había sido reconocido como tal por las propias mujeres.
[10] Como escribe uno de los más importantes artistas y teóricos de la instalación, Ilya Kabakov: “Existen formas de arte —el cine y el teatro— que garantizan por adelantado que seremos atrapados por la ilusión, ya que en estos casos es difícil seguir la acción mientras la analizamos interiormente. La dinámica de la acción (aunque ésta sea absurda) cautiva al espectador. La autenticidad de los rostros humanos lo hechiza. Sin embargo, cuando contemplamos las formas inmóviles de las esculturas y de los cuadros, la reflexión supera la ilusión, sobre todo, desde que ya no se cree en la existencia de algo real detrás del marco del cuadro. Volviendo a la instalación total, podemos afirmar que nos devuelven la ilusión de la realidad de los lugares a los que el autor nos conduce”. Ilya Kabakov,“Introducción a la instalación total”, en el catálogo Ilya Kabakov: instalaciones, París, Centro George Pompidou, 1995.
[11] Se calcula un promedio de sesenta visitantes diarios en las cuatro semanas de la Bienal, por lo que en total podemos aproximarnos a unas 1 800 personas, a lo que hay que añadir a lo interesados que siguen estos eventos desde redes sociales.
[12] W. J. Thomas Mitchell, Teoría de la imagen, Madrid, Akal, 2009, p. 21.
[13] Traducción propia, en el original: “The visual essay preferably needs to be defined as an approach, a method or set-up that plays out different expressive modalities in a somewhat open ended/implicit manner rather than by its specific formal qualities, as new technologies indeed keep pushing the boundaries of what is possible”. Luc Pauwels, “Conceptualizing the Visual Essay as a way of Generating and Imparting SociologicalInsight: Issues, Formats and Realizations”, Sociological Research online, núm. 17, 2012.
[14] Eduardo Urzaiz nació en Guanabacoa, La Habana, y se educó en su Liceo artístico y literario, del cual su padre fue secretario junto a José Martí. La familia emigró a Mérida, Yucatán, donde Eduardo se convirtió en maestro de escuela para más tarde graduarse como médico ginecólogo. Adquirió gran relevancia como siquiatra. Fue reconocido tanto como maestro como por la introducción de la técnica de cesárea en el parto y por la mejora de las condiciones y tratamientos a enfermos mentales. Fundador de la Universidad Autónoma de Yucatán, estuvo comprometido con el proyecto socialista del gobernador Felipe Carrillo Puerto, con el que llegó a ser secretario de Educación y también de Salud. Fue además un pionero de la ciencia ficción en la modernidad latinoamericana.
[15] Donna Haraway, Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza, Madrid, Cátedra, 1991, p. 253.
[16] Darko Suvin, Metamorfosis de la ciencia ficción, México, Fondo de Cultura Económica, 1984, p. 103.
[17] Para Darko Suvin el novum y el extrañamiento son los principales factores que caracterizan la ciencia ficción. Los fundamentos cognitivos (desde la idea de novum introducida pro Ernst Bloch) se combinan con la necesidad de un extrañamiento que permite reconocer un tema familiar bajo la forma de una representación inhabitual. Como planteaba Bertold Brecht, el efectode desfamiliaridad o de extrañamiento, traducción de verfremdungseffekt, debe facilitarnos compartir una problemática desde la no identificación, desde un tiempo y un espacio de reflexión liberado de la razón naturalizada del espacio inmersivo. Discípulo de Brecht, Suvin describe este extrañamiento como “una oscilación de retroalimentación que va de las normas de realidad del autor y del lector implícito al novum narrativamente creado para que se comprendan los sucesos ocurridos en la trama, y de allí una vez más a la realidad del autor, para contemplarla ahora desde la nueva perspectiva obtenida”, op. cit., p. 103.
[18] Carl Freedman, Critical Theory and Science Fiction, Estados Unidos, Wesleyan University Press, 2000, p. 16.
[19] A través del videomapping tratamos de generar un espacio inmersivo donde el espectador se relacione de forma particular con voces, imágenes y objetos y cuya narrativa está modulada por una proyección de luces a partir de una adecuación de las imágenes bidimensionales a un espacio tridimensional específico. Más información sobre las implicaciones conceptuales y estéticas deesta práctica en: Loreto Alonso Atienza y Luis Gárciga Romay, “ Videomapping como propuesta antimonumental, espectacular y posdramática”, Accesos, núm. 0, Madrid, UCM, 2018, pp. 74-86, <http://www.accesos.info/el-videomapping-como-expansión-técnica-del-espacio-y-el-tiempo.-loreto-alonso.html>.
[20] El doctor Urzaiz fue un activo colaborador del general Salvador Alvarado y del grupo de mujeres yucatecas que en 1915 realizaron el primer congreso feminista, celebrado en el Teatro Peón Contreras de Mérida.
[21] Estas fueron las cuestiones centrales del Primer Congreso Pedagógico celebrado en Mérida en 1915, o las discusiones en torno a la primera escuela racionalista fundada por José de la Luz Mena en la barriada obrera de Chuminópolis, también en Mérida.