Notas

1.Los textos en los que se basa este artículo son: “La cortina de Nopal” (1956), “Receta para pintar un mural mexicano” (1959) y “Por qué lancé mi candidatura como diputado” (24 de junio de 1970). Todos publicados en el Cuevario, una recopilación de sus escritos en el suplemento México en la Cultura del periódico Novedades. Véase José Luis Cuevas, Cuevario, México, Grijalbo, 1973.

2. José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.

3. Como Alfredo Zalce, José Chávez Morado, Raúl Anguiano y Pablo O´Higgins, entre otros.

4. Como explica Shifra Goldman, Cuevas tomó el lugar de Tamayo, quien adoptó una postura más reservada y además vivía en el extranjero: “En un contexto más amplio, estos ataques en nombre de la libertad de expresión y del antinacionalismo cumplieron una función importante: Cuevas sustituyó a Tamayo como voz de protesta (dado que era más eficaz que el introvertido Tamayo), y consecuentemente sele dio una publicidad sin precedentes en el extranjero”. Shifra Goldman, Pintura mexicana contemporánea en tiempos de cambio, México, Instituto PolitécnicoNacional, Domés, 1989,  p. 168.

5. Aquiles Ant. Azar García, “Habla José Luis Cuevas”, Eistin Diario, México, 12 de octubre de 1968.

6. Shifra Goldman, op. cit., p. 39.

7. El 7 de agosto de 1968 en la revista Siempres e publicó un artículo que narraba la visita de José Luis Cuevas a la casa y taller de David Alfaro Siqueiros en Cuernavaca. Jacobo Zabludovsky, quien redactó la nota, escribió: “Siqueiros recibió al joven artista con un abrazo […] Ambos, indiscutiblemente son artistas. Tienen un denominador común: el sentido del humor. Gracias a eso se entienden y toleran los ataques. Artistas muy distintos coinciden en su sinceridad, en su carácter, en su personalidad definida y en la convicción que tienen de que cada uno lo hace mejor que el otro […] Un nuevo abrazo sirvió para la despedida. En el coche me dijo Cuevas: ̔La verdad es que siempre me ha caído bien̕”.

8. Emmanuel Carballo, “Cuevas escritor y la ciudad de México”, en Homenaje a José Luis Cuevas, México, Departamento del Distrito Federal, Miguel Ángel Porrúa, 1997. 

9. De acuerdo con Goldman, “Era inevitable, pues, que José Luis Cuevas, el más talentoso de los artistas jóvenes de México, al final de los 50 fuera simbólicamente el polo opuesto de Siqueiros en el arte mexicano contemporáneo, como antes lo fue Tamayo”. Shifra Goldman, op. cit., p. 44.

10. Lánguido, tedioso, constreñido, parroquial, folklórico, superficial y ramplón, son algunos de los calificativos que usó José Luis Cuevas para referirse al arte nacionalista, mientras que al muralismo lo calificó de “un enorme absceso”, “periodismo barato” y “altamente perjudicial para el destino del arte en México”. De los muralistas expresó: “Siendo artistas reaccionarios, sentíanse revolucionarios, por llevar pistolas al cinto y por declarar que su obra generosamente estaba destinada para disfrute y adoctrinamiento del pueblo. Cuando en realidad, éste estaba más necesitado de tortillas y de alfabetización que de pintura henchida de buenas intenciones.” Véase “Receta para pintar un mural mexicano”, en José Luis Cuevas, Cuevario, op. cit., pp. 82-84 y Aquiles Ant. Azar García, “Habla José Luis Cuevas”, Eistin Diario, México, 12 de octubre de 1968, s/p.

11. José Luis Cuevas, citado en AquilesAnt. Azar García, op. cit. s/p.

12. El Salón Esso fue un concursoorganizado por el INBA, la OEA y la compañía Esso Mexicana, en el cual se seleccionaron 52 pinturas de 39 pintores y 22 esculturas de 19 escultores, mientras que Confrontación 66 fue una iniciativa del INBA destinada a presentar un balance de las corrientes y tendencias en la pintura contemporánea. Véase “Salón Esso en el MAM” y “Confrontación 66”, en Raquel Tibol, Confrontaciones, crónica y recuento, México, Samara, 1992, pp. 19-28, 33-100.

13. José Luis Cuevas, “Porque lancé mi candidatura como diputado”, en Cuevario, op. cit., p. 123.

14. Carlos Molina, “Fernando Gamboa y su particular visión de México”, en Anales delInstituto de Investigaciones Estéticas, vol. XXVII, núm. 8, México, 2005, p. 118.

15. José Luis Cuevas, “Porque lancé mi candidatura como diputado”, op. cit., p. 123.

16. Véase“Rompimiento y rompimientos en el arte mexicano”, en Jorge Alberto Manrique, Una visón del arte y de la historia, vol. IV, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Estéticas, 2000.

17. Alrededor de 1959, críticos de arte comenzaron a hablar de una cierta influencia que estaba ejerciendo el estilo dibujístico de Cuevas en artistas latinoamericanos, a lo cual denominaron “cuevismo”. Sin embargo, como puntualiza Christopher Fulton: “si no es claramente una influencia directa, es al menos una tendencia compartida en la práctica artística” (la traducción es mía). Que se hable de una influencia directa tiene que ver con los escritos de Gómez Sicre y su afán por convertir a Cuevas en la figura más emblemática del arte mexicano, lo que a su vez se relaciona con su campaña en contra de la Escuela Mexicana que llevó a cabo a través de la Unión Panamericana. Por otro lado, la supuesta influencia que ejerció en artistas latinoamericanos, como los ecuatorianos Nelson Román y José Unda, o el argentino Alberto Greco, puede ser entendida como una retroalimentación y como una forma de compartir ideas que estaban en el ambiente artístico de la época. También puede verse como parte de una admiración por parte de los mismos artistas, mas no una forma de recuperar sus principios estético-formales. Como apunta Fulton, se trata de “expresiones locales de un entusiasmo por el tema humano que se estaba sintiendo globalmente a finales de los 50 y principios de los 60, y Cuevas puede ser considerado dentro de este panorama” (la traducción es mía). Véase Christopher Fulton, “José Luis Cuevas and the ̔Newʼ Latin American Artists”, en Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, vol. XXXIV, núm. 101, México, 2012, pp. 139-179.