Presencia del ámbito museístico en el Plan Estratégico de Cultura de Andalucía.
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Gestión cultural en museos:
públicos, difusión educativa y tecnologías
de información y comunicación
Las prácticas de interacción social producidas a partir del uso extensivo de las nuevas tecnologías de información y comunicación hacen que los museos busquen estrategias para satisfacer las necesidades de públicos y usuarios que ya pertenecen a la llamada generación E. A continuación algunas consideraciones
sobre lo que sucede en el ámbito museístico en España.
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MARÍA LUISA HERNÁNDEZ RÍOS
• HISTORIADORA DEL ARTE
Universidad de Granada, España
mhrios@ugr.es
La idea de museo como simple depósito de materiales y centro de investigación reservado a una minoría, ha dado paso a una concepción del museo como un núcleo de proyección cultural y social, con una continua y decisiva función didáctica.
Plan Estratégico de Cultura de Andalucía
No podemos prescindir de la idea de los museos como instituciones culturales esenciales, por las diversas funciones que desempeñan como centros especializados en los que se presenta gran parte de un patrimonio que posibilita su uso social. Partimos del edificio y su contenido; de sus espacios y recorridos; del equipo de profesionales que lo integran y de su plan director; de la necesidad de proyectar una imagen; de la pericia interpretativa que posibilite a los visitantes una significación y una vivencia, y de los gestores culturales que con sus proyectos y acciones quieren hacerlo posible.
En la evolución que han sufrido los museos a lo largo de su historia hay momentos, como observamos en las últimas décadas, en que se hace muy significativa la transformación de institución cerrada, como “templo de la cultura”, a institución abierta, como “catedral laica glamourosa, volcada hacia el brillo efímero y las celebraciones festivas”.(1) Esta nueva dimensión ha puesto en evidencia la mercantilización de la cultura y, como consecuencia, la diversificación de los públicos como reales y potenciales consumidores. Y es que el museo se ha convertido en un espacio no sólo de consumo sino también de relación social y ocio.
Al igual que en el pasado las ciudades contendían por la realización de arquitecturas que eran la manifestación del poder: catedral, palacio..., en los últimos años asistimos a la necesidad de la imagen que ofrecen los museos como símbolo de identidad, de autenticidad de las ciudades que los contienen; ejemplos como el Guggenheim de Bilbao o el Memoria de Andalucía en Granada lo evidencian. El museo, por lo tanto, se convierte en un objeto más de uso y consumo, así como en un recurso potencial de ampliación educativa, más allá de los límites que impone la formación obligatoria, esa extensión que alcanza a todas las etapas de la vida y a todos los públicos, desde el escolar hasta el turista.
En este contexto, es importante reflexionar sobre los pros y contras, ya que la idea nos enfrenta con la tan criticada banalización de los valores culturales frente al concepto de industria cultural, que si bien ha reportado beneficios al tejido económico como se ha evidenciado en el cómputo global del Producto Interior Bruto, en periodos de grave crisis económica, como la que actualmente se está viviendo en países como España, se reducen los avances y expectativas de este sector tímido, pero emergente, de la economía.
Antes de entrar en este periodo de estancamiento, se pusieron en marcha planes estratégicos de la cultura, con capacidad de concertación y consenso por parte de los sectores implicados, desarrollando líneas de acción muy completas en diversas áreas de atención: música, danza, teatro, el libro y las bibliotecas, los archivos y el patrimonio documental, bienes culturales, el flamenco (Andalucía), las industrias culturales, audiovisuales y museos.
En el caso específico de Andalucía, la Consejería de Cultura llevó a cabo una propuesta para materializar dichas acciones a partir de 2008 y hasta 2011, año de su finalización. En el Plan Estratégico de Cultura de Andalucía (PECA) se ha trabajado en una línea de política cultural que, tanto en el proceso de realización como en el de producción, se ha traducido en una serie de acciones que han posibilitado cambios y transformaciones patentes en instituciones culturales diversas. De las ocho áreas de actuación presentes en el PECA, una de ellas, y la que nos compete, es la de museos, que incorpora tres niveles: líneas de acción, programas y conjunto de medidas, considerando en estas últimas la planificación del destino de un presupuesto económico escalonado en previsión a los años estimados para su desarrollo.
Hemos de prestar especial atención a las previsiones que desde el punto de vista de la difusión y la educación han estado y van a seguir estando dirigidas al ámbito de los museos. Nos concierne, en este contexto, el desarrollo de las instituciones museísticas públicas con resultados encaminados al aumento y renovación de los equipamientos y servicios. Las líneas de acción, como la extensión y diversificación de la oferta de servicios al público dentro de programas de talleres educativos, la intensificación de perspectivas profesionales mediante la formación práctica de futuros técnicos y su inserción al mundo laboral, así como las articuladas en torno a la optimización de la gestión y difusión de los museos locales andaluces, pueden hablarnos de esos nuevos yacimientos de trabajo que son previsibles, pero que aún están por llegar.
Destaca el objetivo del Plan referente al incremento de las visitas a los museos dentro del programa de estudios de públicos; considerando una serie de medidas y líneas de actuación de fidelización. Algunas de estas últimas conllevan la organización de talleres y acciones de difusión que amplían su campo a diversas áreas de la cultura: representaciones, teatralizaciones, concursos, materiales didácticos, etcétera. Otro de los resultados esperados, igualmente significativo, lo constituye la modernización de los sistemas de interpretación y divulgación del patrimonio mediante el acercamiento de la cultura al ciudadano, promoviendo su comprensión y facilitando su acceso a través de programas pedagógicos de preparación de la visita al museo. Asimismo, las medidas se encaminan a tres ámbitos: impulso y extensión de visitas guiadas a todos los colectivos; dotación de material y de personal especializado para públicos sectoriales, es decir, infantiles, tercera edad, inmigrantes, personas con capacidades diferentes en torno a deficiencias sensoriales y psíquicas, entre otros, y la producción y publicación de materiales pedagógicos.(2)
En el asunto que atañe al desarrollo de la institución museística como línea de acción, también es interesante destacar el aumento y la diversificación de la oferta de servicios al público, como el programa Aula virtual en el Portal Virtual de Museos, con dos balances de medidas referentes a la creación de material educativo on-line en el Portal de Museos de la Consejería de Cultura, así como la elaboración de recursos educativos generales y específicos, cuyo destino son niños, jóvenes y docentes. Esperamos que, en este sentido, no dejen de lado la necesidad que supone el cambio al que la generación E apunta.(3)
También se incluye la creación de páginas web, visitas virtuales y servicios varios de nuevas tecnologías enfocados en su difusión. En este sentido, la repercusión de las redes sociales es, en la política difusiva de contenidos de los museos, una fórmula efectiva de atracción y comunicación con los más jóvenes, ello con la idea de poder asumir los cambios conceptuales que implican las tecnologías de la información y comunicación (TIC) y apoyar a la generación net que crece en torno a éstas.
Tabla del Programa Estratégico de Cultura de Andalucía cuyo objetivo específico trata sobre el desarrollo de las instituciones museísticas, con un balance de medidas referente a la implicación tecnológica y su difusión en el mundo educativo.
Nuevos públicos: museos y generación E(4)
Las nuevas líneas de gestión educativa en el ámbito de los museos giran en torno a uno de los grandes retos que, durante los últimos años, ha constituido uno de los puntos débiles de la institución museística: la adaptación a las necesidades de la generación E. Dificultad, por otro lado, que con el cambio drástico que ha supuesto esta nueva realidad tecnológica comunicativa pone de manifiesto un nuevo contexto que han tenido, tienen y tendrán que enfrentar tanto el museo como su personal técnico.
Los analfabetos e inmigrantes digitales(5) a cargo de los museos deben hacer un esfuerzo considerable por comprender la nueva realidad en la que los nativos digitales(6) se desenvuelven; igualmente, han de tratar de aproximarse a ella. Hacer que los museos hablen el mismo lenguaje que los nativos digitales y se expresen a través de medios similares, es una de las finalidades que se consideran ya con más intensidad en el ámbito de la gestión. También es cierta la realidad a la que nos enfrentamos, ya que la necesidad de crear espacios informativos e interactivos supone un trabajo inmenso y profesional, por ser bases de datos y contenidos que han de ser actualizables y que valoran la participación activa, ya muy necesaria, de los operadores culturales. Al gran desconocimiento de las herramientas informáticas y de la programación web han de seguir las convenientes apuestas políticas culturales y la inversión económica necesaria para que los portales de los museos se generen a partir de gestores de contenidos; para que operen bases de datos de administración factible por parte del personal del equipo de comunicación, todo ello a partir de la participación y guía de un experto en la etapa inicial.(7)
El planteamiento de nuevos modelos de aprendizaje constructivos y participativos, según la fórmula que están usando muchos de los museos en los que se ha cambiado la mera observación por la colaboración y experimentación, da como resultado, asimismo, un nuevo método activo basado en el aprendizaje interactivo. En este sentido, la búsqueda de la motivación de los nuevos públicos es básica. Pero, surge aquí la incógnita: ¿en qué se basa la consecución de la motivación? En que los directores de instituciones museísticas y centros de arte y cultura contemporáneos son conscientes de la variedad de canales de comunicación que los nativos digitales usan al mismo tiempo que absorben la información que reciben por medios muy diversos.
Hasta la actualidad, el texto se ha utilizado en los museos como elemento clave para mostrar la colección; las cartelas y los paneles informativos se han usado casi en exclusiva para explicar piezas, autores y contextos. Para los net esto no es suficiente. Los audiovisuales e interactivos ya forman parte de muchos museos, pero, en su mayoría, se siguen realizando bajo los parámetros de los inmigrantes digitales, estando muchos de los museos clásicos orientados según los modelos asumidos por las generaciones anteriores.
Considerar las exigencias y necesidades de estos nuevos usuarios implica abordar muchas cuestiones necesarias desde el punto de vista de la gestión de públicos y, más concretamente, de lo relacionado con el plan de comunicación de los museos; entre otros asuntos, por la necesidad de una apertura de su capacidad difusiva y comunicativa a la comprensión del potencial de los nuevos medios, dispositivos móviles, el celular o reproductores de mp3, en ocasiones vinculados con la página web del museo en la que cada usuario podrá personalizar su visita para descargar con posterioridad los contenidos en su dispositivo móvil, y que muestran cómo por medio de estas nuevas herramientas se posibilita la interacción del museo con los usuarios.
Ya vemos cómo en planes estratégicos, como el referenciado anteriormente, las políticas culturales propician que los museos se planteen ofrecer al mismo tiempo esta línea de difusión educativa, servicios didácticos en forma de material para la visita o de contenidos extra que puedan guardar para llevar a casa o intercambiar, con base en el uso de las nuevas tecnologías. En su adecuación a la realidad de avance tecnológico internacional, España propicia que una de las competencias básicas en su sistema educativo, desde el ámbito infantil hasta el superior, gire en torno a la integración de nuevos recursos digitales en la formación; siendo esto un aspecto al que los museos y centros culturales no deben escapar.
En este sentido, no puede obviarse la apuesta del gobierno socialista que en 2009 quiso revolucionar la educación en España al conceder a cada alumno de primaria un ordenador, lo que está propiciando un cambio de concepto editorial y una transformación en métodos y modelos de enseñanza tradicionales de la propia institución educativa por otros más adecuados. Esta propuesta de competencia digital de las jóvenes generaciones es uno de los caballos de batalla de la política actual. Además, la financiación de los ordenadores ha recaído en el gobierno central y en las diferentes comunidades autónomas. Esta cuestión no ha pasado inadvertida en el mundo de los museos, considerados como ejes de difusión de la cultura. Pero se trata aún de líneas de proyección presentes en sólo algunos casos, pues todavía falta hacerlos realidad total y visible en otros muchos, al crear entornos didácticos óptimos para que la generación E se identifique con el concepto de museo y decida interactuar con él.
A raíz de la Cumbre de Lisboa en 2000, sobre las TIC en el entorno europeo, el proyecto Red.es busca incorporar de manera paulatina a la sociedad española en las nuevas tecnologías para la mejora en los ámbitos laboral, social, educativo y cultural de los ciudadanos.(8) Por ello, dentro de tal proyecto, un enlace con el nombre Patrimonio.es se vinculó con la aplicación de las TIC en el mundo cultural y patrimonial. Precisamente, entre los objetivos de éste se consignaba la accesibilidad del patrimonio a través de Internet, atendiendo a la preservación de colecciones, a la investigación y a la didáctica e impulsando el turismo cultural y el facilitar el uso de la lengua española en la red. Fue una iniciativa de la que pudieron beneficiarse grandes instituciones, pero el apoyo a la introducción de las TIC en museos de mediano o pequeño tamaño no fue posible.(9)
Gestión cultural: museos más atractivos para la nueva generación de públicos
Una de las claves de gestión cultural y educativa desde los museos es la necesidad de diseñar campañas de difusión especialmente pensadas para los jóvenes. Para acercarse al nuevo público que denominamos nativo digital, los museos tienen que salir de su entorno habitual, explorar las posibilidades de la web 2.0 y entrar a formar parte de las redes sociales. En muchos casos, ya tienen esta presencia y visibilidad, pero aún queda mucho por hacer.
Además, hay algo nuevo a considerar por parte de los gestores culturales de estas instituciones, y más en esta área especial de la educación: la potencialidad que entraña que en las actividades que lleven a cabo niños o jóvenes puedan optar por las modalidades autodirigidas, individuales, en las que la experimentación por sí mismos les lleve a la investigación como medio de conseguir aprendizajes significativos y puedan generar su propio conocimiento. Esto para un nativo digital supone una gran motivación, ya que el fin formativo y los resultados de éxito inmediato se cumplen con la posibilidad de esta práctica que se valida por medio de la interacción.
Mientras el espectador de nueva generación interactúa por medio de las tecnologías con el bien cultural expuesto en el museo, los responsables del mismo deben ser capaces de fidelizar a los nativos digitales por medio de esas mismas nuevas herramientas y dispositivos. El uso del e-mail, los mensajes del celular, las noticias difundidas en las plataformas sociales o los blogs que cada vez más museos se encargan de gestionar, son importantes herramientas para informar a los más jóvenes de los nuevos eventos y actividades de su interés. Posibilitar portales web multivalentes en los que se pueda seguir aprendiendo, estar en contacto con el museo desde casa o desde la escuela con áreas multimedia, juegos interactivos y variados canales de comunicación, son algunas de las ideas que se trabajan y en las que hay que hacer apuesta seria y eficaz desde el plan director de la institución museística, por pequeña o endeble que pueda ser.
El mundo de los museos y la aplicación de las tecnologías más vanguardistas a las nuevas necesidades que plantea la ciudadanía, y que los departamentos de educación y de acción cultural perciben en su trabajo diario, haciéndoles reflexivos mediadores entre el museo y el público diverso, hace plantear a los gestores de dichas instituciones la consideración de ponerse a la altura de las exigencias de la nueva sociedad. Se acude, con una inmediatez impresionante, a cambios significativos que hacen que la presencia de nuevas tecnologías y la rápida incorporación de herramientas diferentes a la vida cotidiana de los públicos que recibe en sus espacios, afecten a la raíz de su propia naturaleza como acervos de la memoria.(10)
Difusión para públicos diversos
En décadas recientes los museos han asumido nuevas funciones, y aunque entre todas ellas la social ha sido una de las últimas en ser aceptada entre las prioritarias, en poco tiempo ésta se ha convertido en uno de los pilares básicos de acción. Todo proyecto museográfico debe funcionar con carácter de cohesión y promoción, y considerar su difusión por medio de la www como elemento de alcance a nuevos y diversos públicos, en línea con las políticas de gestión que consideran, cada vez con más fuerza, la inclusión de públicos de todas las edades, sexos, culturas o necesidades educativas especiales.(11)
Desde la década de 1970, las instituciones museísticas se han esforzado por acercarse al público para difundir su patrimonio de diversas maneras: visitas guiadas, programas educativos para escolares, charlas, conferencias, talleres, etcétera. Sin embargo, hasta ahora el modelo de difusión usado se ha caracterizado, fundamentalmente, por su unidireccionalidad y sus limitaciones comunicativas. Muchos directores y conservadores de museos muestran preocupación en cuanto a que no se procure el equilibrio necesario entre la función clásica de los museos y el problema que cuestiona; es decir, si con toda la revolución tecnológica, que tiene una presencia real en los museos, no se producirá un desequilibrio entre la obra de arte real y la experiencia virtual que se brinda desde las páginas web. Actualmente, estos recintos se encuentran en una etapa en la que deben aceptar desafíos y buscar nuevos canales para hacer llegar su mensaje a un público cada vez más heterogéneo, y no temer por ello. Tampoco hay que descuidar la vertiente educativa que por las tecnologías innovadoras hace que se produzcan cambios de concepción sobre las funciones y la gestión que han de propiciar. La educación en línea muestra que compartir conocimientos resulta más dinámico y fácil para las nuevas generaciones; el aprendizaje se hace de forma lúdica y motivadora y, por ello, va a influir en nuevas fórmulas de gestión difusiva. Se han de encontrar los medios para entablar nuevas relaciones con un público que aspira a dejar de ser un mero espectador, para favorecer que el visitante pueda personalizar su experiencia, así como comprender qué uso se hace de las opciones que la institución plantea; todo ello requiere implantar un nuevo modelo de difusión, abierto y multidireccional.
Cuando las tecnologías transformadoras viven este proceso de adaptación a los nuevos tiempos y atienden a las necesidades de las incipientes generaciones, procuran el paso de un tipo de difusión de enfoque unidireccional —que hace del museo el único generador de contenidos con una notable vía de acceso al conocimiento y con una escasa capacidad evaluativa basada casi exclusivamente en valores objetivos como la contabilidad del número de visitantes, del número de acciones culturales llevadas a cabo, de su presencia en prensa, entre otros— a un modelo multidireccional que entre en diálogo con el público a través de varios canales de información; además de dar la posibilidad a éste de generar, con su contribución, un contenido, al mismo tiempo que opinar, lo que le convierte en un ser activo que interactúa y abre, así, un amplio abanico de posibilidades de difusión. Por ello, este modelo difusivo multidireccional, con las exigencias y dificultades que presenta la nueva sociedad a la que asistimos, contribuye más eficazmente a la fidelización de un público que participa de manera abierta en la evaluación del éxito del mismo con su opinión y propuestas.(12)
El blog como un sitio web que permite la recopilación de datos de opinión —que se revisa periódicamente y que admite dar respuestas a los usuarios— es una herramienta eficaz en la gestión museística. Favorece la posibilidad de diálogo entre el museo y el público, así como la obtención de datos que contribuyen a la evaluación —por ser fuente actualizada de información que procura que el museo lleve a cabo una difusión de sus actividades, incluidas esas tan desconocidas y ocultas al visitante que entra en el museo y no sabe cómo se restaura un cuadro, cuáles son los fondos de obra no expuesta en el museo o qué proceso se lleva a cabo en el montaje de una exposición temporal. El blog se convierte, además, en un foro de opinión y discusión productiva que facilita la información y los contenidos a pesar de las distancias, aumentando con ello otro tipo diferente de accesibilidad. Éstas son tan sólo algunas de las razones para ser considerado por los responsables de museos que decidan apostar por ello y, como observamos, son muchos los aspectos positivos que ofrece. Cumple, por tanto, una función primordial que alcanza a todo tipo de público que opina y es respondido, y en el contexto que nos ocupa permite crear un espacio óptimo de educación. Las edublog de los museos —muchos de ellos aún sin presencia efectiva— serán importantes agentes mediadores de futuro entre el museo y el público que, con una buena gestión, posibilitarán la optimización de su potencialidad como herramienta educativa interactiva.
La realidad es que a los nuevos públicos net les cuesta mantener la atención en actividades de carácter puramente académicas, y más aún en esas ocasiones en que se proyecta un aprendizaje fuera del aula. No apostamos por facilitar o rebajar los esfuerzos en la adquisición de conocimientos, sino en hacerlo más atractivo por las peculiaridades que presenta. No deducir que desde el tipo de comunicación abierta, el juego o la enseñanza que se propugna mediante estos nuevos medios, se ejercite una manera de frivolizar o desvirtuar el museo, sino más bien como una forma de acercarlo a los sectores más jóvenes de la población. En esta línea, la gestión desde los departamentos educativos tiene mucho qué decir, así como enfocar sus objetivos en función de las necesidades de los usuarios actuales y a los potenciales —que cada vez muestran mayor diversidad, desde la joven generación E, a los que requieren un enfoque especial por abarcar la inclusión física, social y la diversidad cultural.
Ejemplos de museos españoles que incorporan en la gestión educativa recursos didácticos on-line y redes sociales
Son cada vez más los museos españoles que optan por una presencia en el espacio virtual y que también evidencian su interés en incorporar a la gestión el estudio de públicos, su utilidad en la interacción con los mismos y de alcance real para esta nueva generación E. Haciendo una incursión en la web, no deja de sorprendernos el amplio abanico y la variedad de recursos que posibilita; si bien en gran número de museos aumenta la visibilidad, en otros muchos aún no han irrumpido las nuevas tecnologías como herramienta para satisfacer las demandas de los jóvenes net.
Es interesante el planteamiento que María Soledad Gómez Vílchez hace, de manera breve, en un estudio sobre tendencias tecnológicas en museos para 2011, así como su reflexión sobre lo que suponen para los museos españoles los nuevos medios sociales y de comunicación con el público. Si en 2010 se vio cómo muchos centros culturales y museos —conscientes de la importancia de gestionar dichos temas— han proporcionado datos acerca de una mentalidad común y de una cultura colectiva de la necesidad de abordar la visibilidad en las plataformas sociales, 2011 se mostró mucho más activo, dinámico y esperanzador de cara al futuro. Los temas abordados y de gran interés giran en torno al trabajo en red, la movilidad, la geolocalización, las aplicaciones app, los códigos de barras bidimensionales, los microsites temáticos, la realidad aumentada, los juegos sociales, digital curator o la importancia de que la gestión considere a los comunity managers como los encargados de la gestión, dinamización y atención de los medios sociales en los que esté presente el museo o centro cultural. Muy interesante lo supone el Social Media ROI (Return of Investment o retorno de la inversión), ya que el trabajo en Social Media supone una importante inversión que luego revierte en la obtención de numerosos datos medibles para el museo, por lo que el proceso es beneficioso.(13)
En el caso español, tal y como lo lamenta Carreras Monfort, se ha observado el escaso apoyo a la introducción de las TIC en más de 90 por ciento de los museos de formato pequeño y mediano.(14) Muchos de ellos aún carecen de suficientes recursos, profesionales expertos y visibilidad real en las redes, por lo que en la actualidad todavía queda mucho por hacer, y más si se compara con las iniciativas inglesas o estadunidenses —al menos en cuanto al aún escaso aprovechamiento de las redes sociales en la web 2.0, del beneficio educativo que puede sacarse de manera positiva y eficaz a las TIC, y de sus inmensas posibilidades. Ejemplos como la Tate Galery de Londres o el MoMA neoyorkino constituyen una muestra más que significativa de lo que afirmamos. Pero junto a esta realidad existen paradigmas de buenas prácticas de gestión comunicativa y educativa, al constituir referentes en el ámbito internacional; tales son los casos del Museo Thyssen-Bornemisza, del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía o del Museo Nacional del Prado, que representan en el panorama español ejemplos clásicos de concentración efectiva de recursos sumamente interesantes en sus espacios web.
Podemos ver como ejemplos significativos de comunicación y difusión educativa a los enlaces de los museos españoles citados. En el Thyssen-Bornemisza se evidencia la presencia de programas educativos de gran calidad en la red y es posible enlazar a la web 2.0 y a otros espacios desde su página en Twiter, Facebook, Flirk o Youtube (con más de cuatrocientos videos sobre sus conferencias, cursos o recursos). En el caso del Centro de Arte Reina Sofía, que avanza a grandes pasos en su proyecto de interactuación con el público por medio de la web, destaca su presencia a través de la “comunidad online”, que da a conocer sus actividades a través de Facebook, Twiter y Flirk, este último con abundante documentación fotográfica; así como la descarga de folletos en Issuu o la visualización de videos que recogen su actividad en Blip.tv. Como último ejemplo de referencia, citamos al Museo del Prado de Madrid, que posibilita sindicar algunos de sus contenidos con el objeto de facilitar el acceso a la información. Igualmente, el uso de las redes sociales con Facebook y Twiter a la cabeza, siguiendo con Youtube para visualizar videos, conferencias, cursos…, y un Pradomedia que muestra videos sobre el proyecto del museo titulado La obra invitada, de gran interés.(15)
El camino se afianza, los resultados son optimistas, pero aún queda mucho por recorrer. Como comprobamos, son numerosas las posibilidades que se brindan a los gestores de los departamentos de comunicación y difusión de los museos y centros culturales, para poder establecer nuevas relaciones con su público visitante real o virtual y, por supuesto, todo un campo experimental abierto a la reflexión.
Notas
1. Josep Ballart Hernández y Jordi Juan I. Tresseras, Gestión del patrimonio cultural, Barcelona, Ariel, 2001, pp. 63-64.
2. En el anexo Área 7, “Museos” del PECA, se incluye el documento definitivo aprobado por Acuerdo del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía con fecha 13 de noviembre de 2007. Véase http://www.juntadeandalucia.es/cultura/web/html/sites/
consejeria/migracion/adjuntos/28293_07.pdf.
3. Ver María Soledad Gómez Vílchez, Museos para la generación E, en http://mediamusea.com/2007.
4. Por generación E se entiende a “un conjunto de personas que por haber nacido en una misma época y haber recibido unos estímulos culturales y sociales similares, muestran una serie de rasgos comunes o una serie de comportamientos que pueden ser comparables entre sí”. La generación E son adolescentes y jóvenes que tienen como rasgo común el contacto permanente con las TIC, afectando a la manera de concebir el entorno de su cotidianeidad, así como la manera de interactuar con él. Ibidem, p. 4.
5. Las denominaciones que a partir de este momento aparecerán como nativo digital, inmigrante digital o analfabeto digital fueron acuñadas por Marc Prensky en “Digital Natives, Digital Inmigrants”, The Horizon, vol. 9, núm. 5, octubre de 2001. Como definiciones adaptadas al tema que nos afecta, Gómez Vílchez plantea las siguientes: “Analfabeto digital: aquella persona carente de la instrucción básica para desenvolverse en un entorno de comunicación digital. Inmigrante digital: persona que ha tenido que adaptarse a las exigencias de las nuevas tecnologías, pero que no ha nacido y crecido con ellas.” Ibid., p. 7.
6. “Nativo digital: aquellos jóvenes que han nacido en un mundo ya tecnificado, han crecido rodeados de los nuevos medios digitales y los han asumido como propios, vertiginosamente y de manera natural. La realidad tecnológica forma parte de su vida, la usan con total normalidad y está presente como su principal vía de comunicación, en sus momentos de ocio y como soporte o complemento de su formación.” Ibid., p. 4.
7. César Carreras Monfort, “Diagnosis sobre el estado de la aplicación de las TIC en el mundo del patrimonio en España”, en María Luisa Bellido Gant (coord.), Difusión del patrimonio cultural y nuevas tecnologías, Sevilla, Universidad Internacional de Andalucía, 2008, p. 97.
8. Son muy interesantes los resultados estadísticos publicados por el Ministerio de Cultura de España respecto de los hábitos y prácticas culturales de 2010-2011, fuente esencial que ha de servir a los gestores culturales para orientar sus acciones.
Véase http://www.mcu.es/culturabase/cgi/
um?L=0&N=&O=pcaxis&M=%2Ft9%2Fp9%2Fa1a2010-2011.
9. El ámbito Patrimonio.es parece que ha desaparecido del proyecto Red.es (http://www.red.es) y tan sólo se puede ver el directorio de Patrimonio Cultural Español, pero como señala es de difícil acceso (http://buscadorpatrimonio.red.es/patrimonio/buscador/portada.jsp). Ibidem, p. 90.
María Luisa Bellido Gant, “Presentación”, en María Luisa Bellido Gant (coord.), op. cit., p. 9.
10. Precisamente, una de las demandas más en boga en los últimos tiempos es la de los expertos en educación especial que, como conocedores profundos e investigadores, piden que las TIC lleguen a todos los niños por igual, ya que se convierten en una herramienta esencial de inclusión social y de eficacia educativa. Para mayor información, véase: “Mesas de reivindicación y debate”, en el III Congreso Escuela 2.0, celebrado en Granada en octubre de 2011.
11. Véase María Soledad Gómez Vílchez, op. cit., pp. 9-11.
12. Véase María Soledad Gómez Vílchez, Tendencias tecnológicas en museos y centros culturales para el año 2011, en http://es.calameo.com/read/0005065666d54c26f281a, pp.1-9.
13. César Carreras Monfort, op. cit., p. 90.
14. Véanse los siguientes enlaces: http://www.educathyssen.org, http://www.museoreinasofia.es/programas-publicos/educacion.html, http://www.museodelprado.es/educacion y http://www.museodelprado.es/pradomedia.
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