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Gestores culturales:
notas sobre su formación profesional en México


En este artículo se hace una reflexión sobre los programas de formación en gestión cultural que han emprendido diversas instituciones educativas de nivel superior en el país.

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IRMA FUENTES MATA DOCTORA EN HUMANIDADES Y ARTES
Investigadora del Cenidiap
ifuentesmata@msn.com






Al comenzar el siglo XXI, quienes trabajábamos en el campo cultural reflexionábamos sobre las habilidades que habíamos desarrollado en cuanto a la organización, gestoría, planeación, investigación, administración y difusión de la cultura; estábamos de acuerdo con que la actividad debía profesionalizarse. Desde hace aproximadamente cinco años a la fecha, más allá de la experiencia en este ámbito, los promotores hemos obtenido reconocimiento o algún título relacionado con la gestión cultural. Anteriormente los gestores provenían de profesiones vinculadas directamente con el sector cultural, mientras que otros contaban con estudios en antropología, sociología, economía, psicología, pedagogía, administración, historia, entre otras. Paulatinamente esta situación fue cambiando y en la actualidad hay más profesionales titulados específicamente en gestión cultural.

Los gestores mexicanos aprendimos —algunos en las escuelas y otros en la práctica— a formular proyectos, hacer presupuestos, definir nuestro campo de intervención cultural, administrar los recursos propios o los estatales que también son nuestros, incursionar en los medios electrónicos y a defender nuestras consignas artísticas y culturales ante posturas políticas y visiones empresariales: todo ello implicó invertir más tiempo en la negociación de apoyos, espacios y recursos que la propia creación cultural. Hoy el impulso que se da a esta actividad es notable y el hecho de que existan opciones de formación en gestión es digno de reconocerse.

El crecimiento continuo de estas opciones de formación profesional abrió el abanico de posibilidades de desarrollo de la gestión debido a la especialización del conocimiento, así como de la atención de las necesidades sociales, científicas, técnicas y culturales que surgen día a día. Numerosos programas de estudio aparecen como un menú amplio, con perspectivas, enfoques, intenciones, perfiles de formación y temas por abordar; se multiplican así las instancias enfocadas en apoyar la formación profesional inicial o permanente.

Nuevas profesiones buscan constituirse a partir de amalgamar diversos conocimientos y experiencias. En el caso de la gestión y la promoción cultural, seguimos en la construcción de un ámbito de conocimiento nutrido por saberes previos y enfoques diversos. Las opciones que se derivan de esta construcción son numerosas, las tendencias y los criterios están en un debate continuo y los defensores de cada propuesta buscan ser punteros en la formación de los otros.

 

Condiciones de la profesionalización

La gestión cultural es ya una profesión de nivel superior, además de que los promotores con formaciones iniciales en alguna licenciatura afín con el paso del tiempo se han especializado. Una de las posturas que destaca en este sentido es que los estudios de gestión cultural se incluyan en las universidades como programas de posgrado; también existen propuestas para la profesionalización de la actividad a nivel licenciatura como plan de nivelación para aquellos que han encontrado en la promoción y la gestión una actividad permanente y que demuestran su experiencia en el campo cultural. Buscar la profesionalización de quienes se dedican a ello como una especialidad requiere, además de los requisitos de escolaridad comprobada, incluir otros aspectos que deberán tomarse en cuenta para los procesos de selección de los nuevos profesionales: formación, actitud, disposición, compromiso, habilidades y capacidades. Reconocemos que durante muchos años han sido otros profesionales los que han dedicado años de experiencia en el campo de la cultura y el campo artístico, pero si lo consideramos desde una visión compleja, el terreno requiere de seriedad y dedicación especial; por ello, entre más opciones de formación aparezcan para los gestores y promotores culturales más se enriquecerá esta actividad.

Por otro lado, hay que diferenciar niveles de formación: no todos podemos ser profesionales, especialistas o posgraduados en cultura si no logramos superar los niveles previos. Los posgrados —llámense diplomado, especialización o maestría— se determinan en función de un programa académico, por el nivel de los contenidos y por el número de horas destinadas a la formación —independientemente de la cantidad de semanas de duración—; pueden cursarse en periodos intensivos o regulares así como en modalidades presenciales, a distancia, semiescolarizadas o virtuales. Cada universidad tiene un reglamento de posgrado en el que se especifican las condiciones de diseño curricular para cada programa, pero también hay criterios generales acordados con la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior y con la Dirección General de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública.

Instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Universidad Autónoma Metropolitana, Universidad Autónoma de Zacatecas, Universidad Autónoma de Nayarit, Universidad del Golfo de México, Universidad Autónoma de Querétaro y Universidad Autónoma de Coahuila, por mencionar algunas, se han articulado con otros organismos como el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Centro Nacional de las Artes (Cenart) para ofrecer diversos programas y modalidades; otras como la Universidad del Claustro de Sor Juana son pioneras en campos específicos de la gestión como la mercadotecnia cultural. Así se reconoce el amplio impulso a la gestión y promoción cultural que actualmente se desarrolla en el país.

 

Modalidades de educación superior

Los niveles de educación superior que se ofrecen en México para la promoción, gestión y desarrollo cultural son licenciatura, diplomados, especialización y maestría en las siguientes modalidades:

Presenciales. Se refieren a la necesidad de asistir de manera presencial a sesiones de clase, participar en la discusión y acudir a las conferencias con una actividad constante y permanente en la que la asistencia es considerada para el proceso de evaluación y acreditación.
Virtuales. Se utilizan medios y tecnología de comunicación e información para generar el proceso de aprendizaje; permite tener contacto simultáneo a través de Internet al consultar información en los medios especializados y tener presencia virtual por medio de teleconferencias en todo el mundo.
A distancia. Se imparten vía medios electrónicos; existe una relación a través de un programa sistematizado que permite establecer un seguimiento del programa.  
Mixtos. Combinan algunas sesiones presenciales y se mantiene el contacto vía medios electrónicos.

 

Programas de diplomado

Entre los programas con modalidad presencial se encuentran:

Diplomado Interactividad en los procesos culturales globales organizado por la Casa de las Humanidades-UNAM, dirigido a estudiantes, profesores, investigadores y gestores culturales.
dipcultura@correo.crim.unam.mx

Diplomado Arts & Marketing o Mercadotecnia cultural de la Universidad del Claustro de Sor Juana, dirigido a promotores culturales, directores de festivales artísticos, funcionarios culturales, administradores de institutos culturales y casas de cultura, galeristas, productores, actores, directores, mercadólogos, publicistas, académicos e investigadores de las disciplinas de la comunicación, del marketing, publirrelacionistas e interesados o vinculados con las artes escénicas y del espectáculo. Su objetivo se centra en conocer, aplicar y desarrollar el pensamiento y las técnicas del marketing en la cultura, a fin de que el producto artístico sea altamente competitivo y con potencial de consumo dentro del mercado del tiempo libre, integrándose a la cadena productiva cultural para que la oferta de sus productos artísticos encuentre a sus consumidores.
www.ucsj.edu.mx

Diplomados en gestión cultural niveles I y II, organizados por la Dirección de Capacitación Cultural (DCC) del Conaculta en coordinación con los gobiernos y las universidades estatales. Su objetivo es capacitar, actualizar y profesionalizar a los promotores culturales de instituciones públicas y privadas, comunidades y grupos independientes. Están dirigidos a promotores culturales con comprobada experiencia en el campo. La DCC se encarga de la animación, diseño, contacto con los instructores y acreditación; las universidades e institutos, museos u asociaciones operan el programa. Algunos de estos diplomados han incursionado en el formato virtual.

 

Programas de licenciatura

Licenciatura en Desarrollo y gestión interculturales. Facultad de Filosofía y Letras, UNAM.

Licenciatura en Gestión cultural de la Universidad de Guadalajara a través del sistema virtual.

La licenciatura en Desarrollo cultural de la Universidad Autónoma de Nayarit ofrece un programa de nivelación para aquellos promotores de la cultura en activo que demuestren una experiencia mínima de diez años en el sector. El programa tiene una duración de tres promociones y su objetivo es formar profesionales especializados en la promoción, gestión y desarrollo de la cultura que contribuyan a rescatar, crear e impulsar procesos culturales que preserven los valores universales, fortalezcan la identidad nacional y mejoren la calidad de vida de la población. Está dirigida a todos aquellos agentes vinculados al sector cultural con responsabilidades en los procesos de gestión en organizaciones públicas, privadas y comunitarias y aquellos trabajadores, promotores, investigadores, docentes y creadores de las artes interesados en adquirir destrezas y conocimientos aplicados a la gestión, planeación e investigación de la cultura.
vidal_alma@hotmail.com

 

Programas de especialización

Dentro de las opciones virtuales está el posgrado virtual en Políticas culturales y gestión cultural organizado por el Conaculta a través del Cenart, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura y la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, con el objetivo de ofrecer a los profesionales de la gestión cultural, diseñadores de políticas culturales, promotores, artistas y empresarios de la cultura un espacio de formación, profesionalización y diálogo. En este caso se atienden los niveles de especialidad y diplomado.
http://ibergestion_cultural.cnart.mx

Especialización en Proyectos artísticos de la Universidad Autónoma de Querétaro, con una tendencia específica a fomentar la formación de gestores y promotores culturales.
http://www.uaq.mx

Programa de maestría virtual, impartido por la Universidad Autónoma de Coahuila.

Los programas mencionados funcionan con la premisa de que hay un conocimiento previo y experiencia en el campo cultural por parte de los participantes. Algunos sostienen una posición más teórica o académica y otros defienden la importancia de la práctica. Si lo que las instituciones pretenden es ampliar sus ofertas de formación, deben ser conscientes de que el compromiso y la responsabilidad académica que adquiere el gestor cultural tiene un amplio campo de trabajo.

De lo anterior se deriva la importancia y compromiso del diseño y operación de las propuestas curriculares en la formación profesional de los gestores. Esto no admite improvisaciones, ocurrencias sin fundamento ni arrebatos: está en juego la formación profesional de una persona que deberá cumplir una función social muy importante.

La formación en gestión no debe entenderse como la que se adquiere en el menor tiempo posible y con el menor esfuerzo. La oferta diversa constituye una ventaja, pero al pretender profesionales especializados en el campo de la gestión hay que cuidar los niveles mínimos de calidad en los procesos de formación. Es importante señalar que todas las opciones son valiosas, pero es necesario tener claridad ante las necesidades a las que responde cada una. Para cuestionar cuáles son aquellas opciones que tienen mejor calidad, seriedad, autoridad, hay que establecer parámetros y criterios académicos claros, no obstante quede siempre un margen para la experiencia y la subjetividad.

Finalmente, la invitación es a reflexionar sobre la preocupación actual por profesionalizar los campos de actividad cultural. ¿Esto implica la creación de nuevas formas de competencia y de participación en los engranajes de la globalización? La cultura, que ha estado siempre en los lugares ínfimos de los presupuestos estatales, hoy se abandera como rasgo de identidad ya no nacional sino local, susceptible de ser ubicada, catalogada, clasificada, institucionalizada, academizada, analizada, organizada, presupuestada, promovida, administrada, vendida, comprada y exhibida. Sin embargo, habrá quien quiera patentarla, subastarla, rematarla o simplemente aniquilarla y eliminar cualquier respuesta cultural diferenciada, por ello los que nos dedicamos a fomentar y preparar terrenos para que la cultura se desarrolle debemos tener una sólida formación en muchos campos del conocimiento para contribuir a su desarrollo histórico y social.