Barbara Paciorek, Cartel contemporáneo
polaco, 1945-2006, México, Universidad Autónoma
Metropolitana-Xochimilco, Embajada de la República de Polonia
en México, 2006, 174 págs.
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Cartel contemporáneo polaco:
fuerza visual y libertad creativa
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ERÉNDIRA
MELÉNDEZ TORRES •
MAESTRA EN ARTE URBANO
Investigadora del Cenidiap
abrevian@yahoo.com.mx
Barbara Paciorek, de origen polaco y radicada
en México, es una artista del cartel que realizó estudios
de arte en Cracovia, su ciudad natal, en la década de 1960.
Desde los años ochenta imparte cátedra en nuestro
país en las universidades Metropolitana e Iberoamericana.
A la par, cuenta con varias exposiciones en México, Japón
y España. Gracias a su formación y práctica
artística, así como a su pasión para coleccionar
cartel, el libro de su autoría, Cartel contemporáneo
polaco, 1945-2006, tiene más énfasis
en la
imagen que en el texto; es
un documento visual más que analítico. Abunda en
imágenes apasionantes, las cuales podríamos someter
a una lectura visual que nos resultaría en varios libros
analíticos. Pero es claro que su intención
es dar a conocer, agrupadas de acuerdo con su importancia, las
obras de grandes maestros del cartel que lograron representar todo
un temperamento profundo y liberador.
En el corpus de este libro-catálogo tanto el
embajador de la República de Polonia en México
como la autora y los teóricos participantes, definen la
publicación
como álbum, asunto significativo ya que podemos
considerar tal obra como un documento de primer orden en el ámbito
del diseño gráfico; en mi opinión
debe calificarse como un acontecimiento.
Agnieszka Dydo es quien escribe el texto más amplio: “Historia del cartel polaco, del afiche al cartel artístico”. En él hace un recorrido por las distintas etapas del cartel y lo ubica artística e históricamente; también apunta que es difícil
para los ajenos entender este fenómeno ya que está estrechamente ligado a la historia de Polonia.
La autora analiza aquello que define a la Escuela
Polaca de Cartel. Ubica su origen entre 1953 y 1965, después
de la segunda Guerra Mundial, y señala que se caracteriza
en un primer momento por responder a la demanda para
la producción de carteles de propaganda político-social.
Posteriormente, la creación
de carteles de cine es realizada por los mismos artistas, quienes
producen trabajos tanto de temática cultural como de propaganda
política,
sin embargo, mantienen una independencia creativa. Al grupo se
incorporan arquitectos y pintores que no tienen una preparación
específica para el diseño gráfico; en general
realizan imágenes que son interpretaciones y a su vez comentarios
y, aunque existe la censura, son capaces de elaborar mensajes que
logran rebasarla.
El acto creativo irrumpe sobre el control político
como una gran conquista. La Escuela de Cartel Polaco es internacionalmente
reconocida y podemos considerarla como punto de referencia y tal
vez de discusión para el diseño. Recordemos que en
los regímenes socialistas la producción visual y gráfica fue sometida a extremos; el cartel polaco mostró imágenes libertarias en un sistema que difícilmente lo permitía. Es de destacar que mucha de la producción internacional de carteles que alcanza fama posee una estrecha relación con el cine. El caso cubano, el polaco y más recientemente el mexicano tienen en la imagen en movimiento y sus protagonistas una fuente de inspiración poderosa.
Para algunos analistas fue gracias al éxito internacional de los cartelistas polacos que, en 1968, se abrió en Varsovia el primer museo dedicado al cartel en el mundo.(1)
El texto de Krzysztof Dydo, quien dirige la galería Plakatu Krakóv, analiza el avance publicitario que ha desplazado al cartel-objeto. Pareciera que la publicidad comercial avanza con sus reglas y distrae al artista. Refiere que en los museos nacionales de Cracovia, Poznan, Varsovia y Wroclaw, así como en las bibliotecas de la Universidad de Jagellona y en la Universidad Maria Curie Sklodowska, se exhiben las grandes colecciones de cartel polaco, se generan estudios especializados en torno a éste
y lo consideran un acervo visual de gran importancia.
Barbara Pacioreck nos da cuenta de la historia visual de Polonia y de la defensa que los artistas del cartel han hecho de la libertad creativa. También nos presenta una clasificación de imágenes
en tres etapas: los grandes maestros, a partir de 1930, la generación media y los jóvenes cartelistas. En ellos podemos encontrar expresiones desde el Art Decó hasta el abstraccionismo.
También a través de las imágenes podemos observar la gran continuidad en los mensajes visuales y reconocer el seguimiento que han hecho de éstos los artistas jóvenes, quienes mantienen una tradición de calidad y, al mismo tiempo, de innovación.
Juegos tipográficos, despliegues pictóricos de excelente factura, gran colorido, pero sobre todo expresión.
Si hay un hilo conductor que une a todo el cartel polaco es el
expresionismo sobre todas las variaciones; un despliegue pasional
en ocasiones desgarrador y en otras de sutil impacto, pero siempre
entrañable; toda una fuerza visual comprometida con el arte y la cultura.
La Universidad Autónoma Metropolitana
junto con la Embajada de la República de Polonia en México
publican este bello libro con múltiples imágenes de
carteles, portada de Carlos Aguirre y Rafael Herrera y diseño
editorial de Liliana Aguilar Sánchez, dentro de la serie
de Preservación y difusión de la cultura.
Nota
1. Wojciech Wlodarczyk, “El nuevo arte polaco”, en Cultura.pl, http://www.culture.pl/es/culture/artykuly/es_sztuka_najnowsza#5
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