Á G O R A • • • • • •
 



Ben Shahn
Desempleados • 1938,
óleo sobre tela, 34.5 x 42.2 cm.
The Shoen Collection, Nueva Orleans.


 

 

Iconografía del desempleo:
la obra de Ben Shahn


Reflexión alrededor de una obra artística que presenta una clara propuesta ideológica y una temática social explícita: el desempleo. Más que colocar un significado en la imagen, se busca detonar preguntas sobre el tema y sobre la opción de representación que formula el artista en un contexto histórico específico: Estados Unidos, 1938.

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CITLALI SALAZAR SOCIÓLOGA
Estudiante de la maestría en Historia del Arte,
Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad Nacional Autónoma de México
salatli22@yahoo.com.mx


 

Hombres

Seis hombres adultos de diferente estatura, figurados de medio cuerpo, ocupan la totalidad del cuadro; están de pie frente al espectador, miran atentos hacia un mismo punto, al costado de quien los observa, con expresión de cansancio y hastío extremo. La obra se titula Desempleados (1938) y fue realizada por el pintor estadounidense —nacido en Lituania— Ben Shahn (1889-1969).

Al presentar este grupo, el artista ha puesto énfasis en los rostros: en los delgados labios constreñidos y, sobre todo, en la expresividad de sus ojos sincronizados en intensidad, lo cual se acentúa en el hombre al margen derecho, de quien apenas se sugiere la postura corporal con la intención de subrayar su gesto; esto es, la mirada concentrada en uno de sus ojos ya que el otro está cubierto por un gran parche blanco. Resulta evidente el protagonismo de los dos hombres en primer plano, los cuales introducen al grupo y exponen una característica común: los brazos en calma, las manos guardadas, que se refieren no sólo a un estado pasivo sino a una actitud de espera.

Si el autor destacó la expresión en los rostros también puso cuidado en los rasgos faciales: hombres maduros con arrugas en el cuello y algunas líneas de expresión marcadas. El color de la piel va de castaño a negro; a aquéllos con tez más clara se les ha oscurecido por extensas sombras. El artista también atiende con detalle los atuendos, llama la atención la variedad de los mismos.

Los personajes están en un interior; se enfatiza la sensación de saturación del espacio y encierro por un techo de madera bajo, la sección de un muro, parte de una barda de tablones y un par de barrotes al fondo. Por su colocación, el resto del entorno se adivina como la consecución de cuerpos y rostros con expresiones similares, de los cuales el pintor ha decidido mostrar sólo una parte.

 

La espera

Es evidente la condición expectante del grupo de personajes que presenta Shahn. ¿Qué están esperando entre posturas pasivas y miradas firmes y, a la vez, colmadas por el propio estado vigilante? La espera es inactiva en cuerpos y en actitudes; hay silencio entre ellos, no se hace amena con charlas e intercambio de expresiones, es tensa en las miradas, casi al punto que esa tensión ocasionada por el permanente estado exceda los límites y llegue a brazos y manos inactivos. Lo anterior hace que la composición trasmita la sensación de potencia contenida, pero en el justo borde, en un límite próximo.

Ahora bien, hay una clara sugerencia de inmediatez en la escena, acentuada en el hombre del parche: apoya su cuerpo con los antebrazos sobre la división de tablones, parecería que está esperando mientras su atención se dirige fuera de la escena; pero algo, que acaba de suceder, le obliga a girar la cabeza y dirigir la mirada hacia donde los demás lo hacen. Ocurre una acción frente a ellos que obliga a uno a voltear y a otro a moverse un poco para ver sobre el hombro de su compañero. ¿Qué está ocurriendo? La posibilidad de que la espera termine.

Lo que estos hombres de diferentes razas, rasgos faciales y estaturas, y con diversos atuendos, tienen en común es su calidad de desempleados. La espera está condenada a esta condición. Deben esperar en un lugar determinado donde habrá otros como ellos que desean lo mismo: empleo.

 

Trabajo y desempleo

¿Cómo se representa el desempleo? o, más precisamente, ¿cómo se representa el desempleo como condición social en un grupo de hombres? En la propuesta de Ben Shahn el desempleo es un agente que se ve en los rostros, en las miradas, en la actitud. Es la tensión y, al mismo tiempo, la quietud de todos sus cuerpos; sobre todo de sus manos.

Hacia 1844 Carlos Marx, primero, y después, en 1876 Federico Engels, escribieron ensayos sobre el trabajo como actividad humana. Ambos se refieren a esta condición como propia del ser humano, a través de la cual se establece una relación (que diferencia al hombre de los animales) con el entorno natural y con las cosas. Los dos autores señalan el importante papel dignificador del trabajo en la vida de los seres humanos. Engels, en un tono darwiniano, caracteriza las manos como uno de los órganos que identifican el progreso del género humano. Al dibujar un esquema evolutivo, ubica a la mano como el primer instrumento del hombre para el trabajo, y se refiere a esta actividad como causante de la propia evolución de las mismas manos. Así, el trabajo ha creado al género humano.(1)

Marx, por su parte, se refiere al trabajo como actividad de la voluntad y la conciencia de los sujetos; al tener estas dos características, lo ubica como elemento vital de libertad que reproduce la esencia del sujeto. El trabajo enajenado es aquel que invierte la relación, cuando el individuo se convierte en mero instrumento del trabajo.(2)  

En Desempleados, las manos pasivas y la interminable incertidumbre en la espera hacen de los sujetos víctimas de un quietismo que no es ocioso; es expectante, es casi desesperante. Pero aquí es necesario hacer acotaciones históricas; en la teoría social que proponen Marx y Engels la noción de trabajo humano es uno de los pilares en la construcción de una complicada conceptualización de fenómenos sociales que estaban ocurriendo en el siglo XIX, mientras que la pintura de Ben Shahn se ubica en la primera mitad del siglo XX; entonces, ¿resultan obsoletas  estas ideas para abordar el cuadro que aquí tratamos?

La década de 1930 fue especialmente difícil para los habitantes de Estados Unidos, ya que se vivieron las consecuencias de la crisis económica que comenzó en 1929 (periodo conocido como Gran Depresión) y que como todas las de su tipo devino en crisis social. Franklin Delano Roosevelt (presidente de ese país de 1933 a 1945) puso en marcha una serie de medidas políticas en la que replanteaba la función del gobierno para proporcionar elementos básicos de subsistencia a la población. Su programa, el New Deal, buscó contrarrestar los efectos de la crisis en los ciudadanos estadounidenses, con medidas como el Agricultural Adjustment Act, la Tennessee Valley Authority y el National Industrial Recovery Act, de 1933, y la Civil Works Administration, de 1935. Ese mismo año, propuso el Sistema de Seguridad Social y la National Labor Relations Act.

Se hace necesaria una evaluación de ese decenio en materia económica y social para poder señalar un punto de vista sobre su efectividad en cuanto a beneficios reales. Hay que advertirlo, ya que en esa década se conjuntaron las propuestas de Roosevelt con un alto índice de desempleo (precisando que algunas de las medidas del New Deal fueron invalidadas en 1936). También fueron decisivas reformas como el establecimiento de salario mínimo, jornada de trabajo y pensiones, entre otras. Este no es lugar para analizar sobre los beneficios reales en materia laboral en la década de los treinta en Estados Unidos, pero es indispensable conocer la posición del artista en ese rubro y acercarnos a la percepción de la época.

Hablar de crisis social se dirige a imaginar una revolución en la forma de vida de las personas(3) en diversos órdenes, entre ellos el ideológico; así, se cuestiona la confianza en el método con que se reproducía la sociedad en la que, hasta antes de la crisis, las expectativas colectivas tenían un margen muy menor de contingencia. Pero el orden fue sacudido y esto obligó a especular sobre otras formas de construir la realidad social.

Por esos años, precisamente en 1936, un genio de la cinematografía, Charles Chaplin, terminó una gran película: Modern Times, en la que cuestiona (entre otras cosas) dos condiciones sociales antagónicas que le ocurren al ser humano: el trabajo mecanizado y el desempleo. La necesidad de trabajar y al mismo tiempo el derecho a un trabajo digno; la mecanización del hombre que se emplea en fábricas y que pierde por completo la cordura ante la avasallante presencia de la maquinaria. Así, vemos que Marx era vigente en los años treinta del siglo pasado.  

Entonces, ¿podríamos referir al trabajo de Ben Shahn, Desempleados, como una postura crítica hacia las condiciones económico-sociales que se estaban dando? ¿Aquellos hombres, que representa el artista, sólo necesitan cualquier empleo que los saque de un estado de postración?  ¿Se podría hablar de un discurso sobre dignidad o humanidad relacionado con el desempleo, planteado en este cuadro?


Ben Shahn


Ben Shahn nació en Lituania en 1889. Su familia migró a Estados Unidos en 1906 y se instaló en el barrio popular de Brooklyn; el futuro pintor creció dentro de una tradición judía, socialista y de clase baja. Estudió litografía, arte y diseño. Conoció de cerca los movimientos modernistas europeos cuando hizo un viaje a Europa entre 1924 y 1925. En Estados Unidos, durante la década de los treinta, cuando contaba con madurez y una formación académica consolidada, estaba en auge la American Scene, movimiento caracterizado por un “intenso realismo”. Los creadores que se identificaban con este grupo (subdividido en realismo social, regionalismo, realismo urbano) tenían “la convicción de que el artista desempeña un papel en la sociedad y tiene la posibilidad concreta de contribuir al cambio social mediante el medio expresivo”.(4) Ben Shahn se instaló en esta línea.

Como parte de los programas sociales de Roosevelt se creó un patrocinio estatal a las artes y se contrató a pintores para que intervinieran en muros de edificios públicos, uno de ellos fue Shahn. Antes de tener un proyecto propio, el artista trabajó con el mexicano Diego Rivera en el censurado fresco que se hizo en el Rockefeller Center de Nueva York (1933).

Es importarte referirse a esta etapa de muralismo patrocinado por el Estado, ya que será una labor prolífica en el desempeño profesional del artista, donde expondrá sus discursos y que, por las temáticas que abordó, nos ayudará a entender la obra que aquí nos ocupa. Nos interesan en especial los primeros trabajos: Jersey Homesteads Mural (1937-1938) en la Roosevelt Public School, Nueva Jersey; Resources of America (1938-1939) en la Bronx General Post Office, y The Meaning of Social Security (1940-1942) en Voice of America’s Office of External Affairs, en Washington, espacio que originalmente fue concebido para las oficinas administrativas del Programa de Seguridad Social. Estos tres trabajos tienen en común dedicar un espacio para el tema laboral. ¿Cómo lo representa, qué sugiere?

El primero de ellos, creado para una comunidad judía, tiene un panel en el que representa mujeres, niños y hombres trabajando, con un grupo escuchando y reflexionando ante la arenga de un líder sindical. El discurso general (en materia de trabajo humano) es sobre el importante papel de la actividad  manual e intelectual de las personas en la construcción de un mejor futuro colectivo. También hace referencia sobre la importancia de los líderes que buscan sensibilizar sobre la condición de trabajadores.(5) Así, a las personas aquí presentadas no se les ve felices o colmadas de satisfacción; se aprecian desempeñando, completamente atentas, el trabajo que les corresponde. 

En el segundo caso, en el Bronx,  presenta (inspirado por textos del escritor Walt Whitman) una apología al trabajo humano; ilustra el proceso de transformación de la materia prima, por lo que presenta varios momentos: desde el trabajo más básico hasta el más complejo, donde la máquina hace una labor central.  Hombres y mujeres en actividad, utilizando sus cuerpos, sus manos.(6)

Aquí hay que hacer una pausa debido a que ambos murales se hicieron por los mismos años en que el artista estaba trabajando la pieza que aquí nos ocupa, Desempleados. Y es necesario preguntarse: ¿qué tenía de fondo esta recurrencia a la temática del trabajo? Primero, evidentemente no era de forma crítica: si bien se refiere al beneficio de las asociaciones que buscan mejores condiciones laborales, presenta a los personajes en armonía junto a la maquinaria; nos son hombres alienados por sus herramientas. Ellos están en forma dinámica en un proceso. Tampoco se les muestra felices, plenos, ante su actividad. Es, más precisamente, un elogio a la diligencia y al profesionalismo del trabajador, cualquiera que sea su actividad. ¿Por qué decide hacer este discurso en un momento de crisis económica y social? Parecería que el trabajo es la mejor garantía de progreso en la sociedad, es una propuesta dirigida al conjunto, no al individuo: ¡hay que sacar adelante al país; todos juntos, con el trabajo! Pero es un momento de crisis, no hay empleo a pesar de la necesidad inmediata de las personas, ya no para sacar adelante al país, sino para sobrevivir.

El discurso de Ben Shahn en estos murales se inserta en la retórica del New Deal con la cual el artista comulga. Esto se muestra en el elogio dedicado a las medidas de Roosevelt:

I feel that the whole Social Security idea is one of the real fruits of democracy. There may be some limitations to my powers of exposition, but at least it is my aim to make the mural a clear and feeling picture of Social Security, and, I hope, one that may be understood by average Americans (7)


Lo anterior fue escrito durante la realización del tercer mural, The Meaning of Social Security (1940-1942), que es unos años posterior a Desempleados. Dentro de esta propuesta, en un tono similar respecto al tema del trabajo a la de los otros murales  mencionados, se encuentra una sección significativa que es necesario precisar: el muro oriente dedicado, entre otros aspectos, al tema del desempleo.(8) Aquí el artista presenta a grupos pequeños de trabajadores esperando; evidentemente, Desempleados fue utilizado para elaborar esta sección. Así, la pintura o varias piezas sacadas de ésta tuvieron una circulación muy particular dentro de la obra del mismo artista. Esto nos lleva a una pregunta: ¿cómo construía sus propuestas visuales Ben Shanh?

Una herramienta fundamental para él fue el uso de la fotografía.(9) El artista documentó durante la década de los treinta la vida cotidiana de la población urbana y rural; le interesaban los efectos de la crisis. Ahora bien, si hacía uso de este recurso, ¿por qué no utilizarlo como medio directo de expresión? ¿Por qué hay la necesidad de pasar por la pintura?

Primero, Ben Shahn no sólo trabajó con la pintura, la fotografía y los muros; fue un artista más dinámico: hacía caricatura y carteles, lo que hace imposible colocarlo dentro de una única propuesta plástica. Consideraba la foto como una herramienta para la composición; no trasladaba una escena capturada por su cámara. Utilizaba varias tomas para elaborar una experiencia visual que él construía. Recurría a personajes, ambientes, paisajes, objetos y todos sus detalles que le eran útiles al momento de proponer el realismo en su idea. Así, se comprenderá el cuidado en la variedad de la vestimenta, sombreros y boinas, en la incuestionable especificidad de los rasgos faciales del grupo de Desempleados.

Los detalles son presentados hasta el punto de imaginar que se trata de retratos donde hay un modo de ser de cada personaje: los suéteres y sacos abotonados o abiertos; la hebilla que se particulariza con una “J” en uno de los personajes en primer plano; el parche en el ojo como un detalle expresivo que atrapa al espectador. Shahn busca, elige, construye y obtiene de las fotos el sentido de espontaneidad de la experiencia, la percepción de inmediatez de la escena, el convencimiento de particularidad en los personajes. Pero estos elementos se suman a algo más que obtiene de la pintura y que no encuentra en la foto: la contundencia del trazo y, sobre todo, la posibilidad de construir el color.


Temple


Desempleados
es una obra hecha al temple sobre papel. Quien utiliza esta técnica hace sus pinturas con huevo, agua y pigmento seco, pero es posible mezclar diferentes medios, sin mayor problema, lo que ofrece gran libertad de decisión al artista. El temple brinda flexibilidad y seca inmediatamente, por lo que se puede trabajar la pieza de una vez sin tener que esperar a que sequen los primeros trazos. Permite un dibujo libre para una mano diestra; en el acabado, ofrece una superficie suave y fina, que no se oscurece con el tiempo. En Desempleados se nota la habilidad del dibujo: los trazos firmes en los atuendos de los personajes en primer plano; hay detalle minucioso en los pliegues precisos sugeridos por el movimiento accidentado de las ropas, las líneas de expresión, las marcas exactas que van definiendo los rostros, los semblantes que dicen lo mismo pero de diferente manera cada uno, acoplados a una forma personal de manifestar físicamente un estado de ánimo semejante. Esta línea tan protagónica en los personajes se pierde en el resto: en la sección del muro, el techo de madera, los barrotes y la barda de tablones (donde se sugieren las muescas propias del material). De forma excepcional, la parte del cielo, que se ve al fondo, es donde Shahn ubica los trazos y el color que de inmediato arrebatan la mirada al espectador. Hay que referirse un poco al color: es notable el uso de los blancos en la paleta,  en algunos casos lo cohíbe las sombras y se torna grisáceo, pero en otras ni siquiera le permite marcar los contornos y es un blanco que resplandece, como en los casos del cuello del personaje en primer plano, la camisa del hombre negro y el parche que cubre un ojo, zonas que atraen la vista. El autor pone sombras en los rostros de los hombres, en parte como consecuencia del uso de los sombreros y boinas, pero no totalmente; son sombras que se construyen artificialmente, adecuándose a los gestos sombríos. Para la vestimenta ha elegido matices oscurecidos por extensas manchas en los mismos tonos, que les impiden brillar. Es en el cielo, que jala la mirada hacia el fondo del cuadro, donde el artista sugiere un poco de aire en el ambiente de encierro y saturación de figuras; los trazos de azul brillante combinado con blanco son los más expresivos de la composición, son dinámicos, fuertes, voluntariosos; imprimen una sensación vivaz a la escena que contrasta con la condición de los hombres.

Estos elementos expresivos son imposibles de manifestar por otro medio; en cambio, hay que notar la dificultad resuelta al sincronizar un estado de ánimo en el grupo, la condición psicológica y social de todos. Si bien pudo partir de fotografías, Shahn las recrea y nos trasmite la posibilidad de un realismo construido y la fuerza y precisión de la mano del artista.


Comienzo


La propuesta de Ben Shahn en Desempleados se debe buscar en la oposición trabajo-desempleo, ya que el primer tema fue una constante en su labor muralística en las mismas fechas. De la misma forma, se debe indagar en su uso de la fotografía, los elementos que utiliza para construir sus imágenes. Ahora bien, es tarea pendiente conocer con exactitud la posición de Ben Shahn respecto a la política social y económica del New Deal, concretamente dentro del programa de Seguridad Social. ¿Aquí es donde debemos ubicar el discurso del desempleo tal como él lo colocó en el mural de The Meaning of Social Security (1940-1942)? El artista simpatizaba con ideas socialistas y aprobaba la intervención estatal para velar por el bienestar de los ciudadanos. Con estas pistas, apenas esbozadas, ¿cuál era su posición respecto al trabajo humano? Si pensamos en los textos de Marx y Engels, no sirven, de entrada, para entender la propuesta de Shahn respecto al trabajo. Entonces sería arriesgado, y poco inconstante con lo que se ha dicho hasta aquí, interpretar Desempleados como manifestación de degradación en la condición humana de aquellos personajes. Hay que advertir que no deja de haber ambivalencias en todo esto: ¿por qué el artista pone tanto cuidado en individualizar a sus personajes? No es suficiente el cuerpo y las manos inactivos; se ocupa en los detalles de las expresiones faciales y sobre todo de los ojos. Para Ben Shahan, ¿el desempleo es una condición que atañe, por principio, al sujeto, como lo proponen Marx y Engels? ¿El discurso del artista se refiere de forma precisa a la situación social del desempleo como inmovilidad del país y retroceso nacionales?  Así parecería en un discurso más general utilizado en los murales.

Tal vez la definición del desempleo no es estática en Ben Shahn y hay que indagar de forma diferente —en distintos lugares— la construcción de su retórica visual y de su posición política.

 

Notas
1. Federico Engels, “El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre”, en Carlos Marx y Federico Engels. Obras Escogidas, tomo II, Moscú, Editorial Progreso, 1971, pp. 74-87.

2. Carlos Marx, Manuscritos económicos filosóficos de 1844, México, Grijalbo, 1968.

3. La novela de John SteinbeckLas uvas de la ira, publicada por primera vez en 1939, es un buen ejemplo sobre el tema que se está tratando.

4. Francesca Castria Marchetti (ed.), La pintura norteamericana, Barcelona, Electa, 2002, p. 207.

5. Ver secciones de este mural en: http://www.njn.net/artsculture/shahn/mural.html

6. Diana L. Linden, "Ben Shahn's murals for the Bronx Central Post Office", Magazine Antiques, noviembre 1996. FindArticles.com.

7. Carta de Ben Shahn a Edward Bruce, Sección de Bellas Artes y Pintura, 14 de julio de 1941.http://www.voanews.com/english/About/upload/SHAHN_BROCHURE.pdf

8. Secciones de este mural se pueden ver en el sitio antes mencionado y en http://www.voanews.com/english/About/shahnmural.cfm

9. Al respecto ver http://www.njn.net/artsculture/shahn/photography.html y Francois Mathey, American Realism. A pictorial survey from the Early Eighteenth Century to the 1970’s, Suiza, Skira/Rizzoli, 1978, pp. 140-141.