D I V E R S A E X P O S I C I O N E S • • • • • •
 



Ernesto Navarrete Arauza • Real Diferenta • 2005.
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en la imagen.)

 

 

Imagen de luz

El Museo de la Luz, en la ciudad de México, está de fiesta porque el 18 de noviembre de 2006 cumple diez años de haber abierto sus puertas para explicar y difundir las propiedades de la luz, a través de la ciencia, el arte y los acontecimientos históricos-sociopolíticos más significativos de nuestro pasado. Por tal motivo realizará una serie de eventos: conferencias, exposiciones con el acervo permanente y novedades, experiencias obtenidas en la última década y la interrelación que ha tenido a lo largo de estos años con sus visitantes. En los meses de mayo a noviembre de 2006 alberga la exposición Real Diferenta.

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MARTA OLIVARES CORREA DOCTORA EN ARQUITECTURA
Investigadora del Cenidiap
cantalapiedra@prodigy.net.mx

 

 

Lo visible no es más que el conjunto de imágenes que el ojo crea al mirar. La realidad se hace visible al ser percibida

John Berger

 

El Museo de la Luz, adscrito a la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México, se ubica en lo que fuera el antiguo Templo de San Pedro y San Pablo, fundado por la compañía de Jesús en 1572 y que también albergó el Colegio Máximo de México o Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo en 1575 (actualmente Calle del Carmen esquina San Ildefonso, centro histórico de la ciudad de México). La añeja construcción fue proyectada por Larios en 1603 y las cúpulas  por el hermano López de Rabiza. Le antecede un atrio, su planta es en cruz latina con capillas criptocolaterales, la fachada principal está orientada al sur y tiene un gran portón neocolonial franqueado por dos pares de pilastras y dos nichos en la entrecalle, donde destaca la ventana del segundo cuerpo que perteneció al coro. Sobre ella remata un frontón quebrado, el cual tiene un nicho con la estatua de Palas Atenea y dos óculos al costado. Todo el conjunto está rematado con un frontón curvo, un medallón circundado de guirnaldas y cuatro macetones que decoran el pretil, desplantados sobre peanas.(1)

La iglesia de San Pedro y San Pablo ha sido lugar de grandes acontecimientos históricos y sociales. En ella se estableció el Congreso Constituyente en 1822 y en el mismo año en ese lugar Agustín de Iturbide prestó juramento; también se firmó la primera Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos en 1824. Fue Biblioteca del Colegio de San Gregorio durante 1851-1860 y, más tarde, se convirtió en Colegio Militar y en cuartel de los austriacos y franceses con el general Basaine. Luego, José Vasconcelos, como secretario de Educación, instaló en el templo la Sala Discusiones Libres, además de las oficinas de la Campaña Nacional Contra el Analfabetismo, en 1922. Cabe destacar que el inmueble se decoró con pinturas al temple, vitrales y azulejos creados por Roberto Montenegro, Gabriel Fernández Ledesma, Julio Castellanos, Xavier Guerrero y Jorge Enciso.(2) Posteriormente, en 1928, el viejo templo albergó la Escuela de Música y el Museo Industrial. El arquitecto Alfonso Pallares lo acondicionó para Hemeroteca Nacional en 1944 y, finalmente, siendo el doctor José Sarukán rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, abrió sus puertas como Museo de la Luz el 18 de noviembre de 1996.

Hoy en día, este espacio no sólo está destinado a divulgar descubrimientos y experimentos sobre el fenómeno físico de la luz, sino que también, entre otras actividades, da a conocer al público la manera cómo se realiza el examen de la vista, explica la razón de los diversos colores de la naturaleza, exhibe una hermosa esfera de plasma, fibras ópticas, unos cubos giratorios con un atlas histórico que nos explica los acontecimientos culturales y los descubrimientos y muchos otros experimentos e instalaciones relacionadas con el tema. Su acervo artístico comprende el mural de metal Somos hijos del Sol, de José Luis Morales; el mural Árbol de la vida, de Roberto Montenegro; el vitral La Luna, de Narciso Quagliata; La vendedora de pericos y Jarabe tapatío, también vitrales realizados por Montenegro y Xavier Guerrero, entre otras obras.(3)
 

Real Diferenta

Del 18 de mayo al 30 de noviembre de 2006, se expone en el Museo de la Luz Real Diferenta de Ernesto Navarrete Arauza,(4) muestra fotográfica que utiliza con maestría y creatividad las nuevas tecnologías digitales, inspirada en la fábula de Augusto Monterroso El camaleón que finalmente no sabía de qué color ponerse.(5) Pretexto que nos permite ver la importancia de la luz y el color, la sinceridad y las múltiples caras que puede mostrar el que se dedica a la política y, por lo mismo, lo que la sociedad  tiene que hacer para poder ver más claro o con mayor objetividad.

La exposición también permite preguntarnos y analizar qué ha sido de la imagen analógica ante la intervención digital y el arte de los nuevos medios. Pues a todos nos resulta familiar saber que en distintas épocas la forma de percibir la imagen ha variado y la actual no está exenta de ello. Por ejemplo, del icono medieval al renacentista encontramos la invención de la perspectiva, más tarde ésta se destruye con la irrupción de las vanguardias históricas, y pasamos a la discutida “defunción” de la pintura, a medida que videos e instalaciones empiezan a dominar museos y exposiciones. Precisamente en este clima de fragmentación apareció el arte de los nuevos medios a finales del siglo XX. Lo cual nos indica que las diversas visualizaciones microscópicas o macroscópicas, a lo largo de los siglos, constituye un bagaje iconográfico que de una u otra forma va cambiando nuestras mentalidades y maneras de percibir.

Hoy no resulta extraño jactarnos de que casi todo ha sido fotografiado, sin embargo, ello no implica que todo ha sido observado y analizado, pues aun cuando de nuestra pretensión podemos deducir que nuestro mundo en gran medida es visual y conocemos muchos de sus secretos, saber ver o el sentido de la vista no por fuerza lo poseemos todos. Además, la mirada no juzga de manera individual, sino que, como tal, es en función del contexto en el que se mira, pues éste nos permite dimensionar y formalizar lo visto mediante la elaboración de una unidad compositiva, la cual se debe en gran medida a la figura ya formada.

Asimismo, no debemos olvidar que al contexto pertenecen, en particular, la cámara fotográfica y, en general, los mass medium, que se encargan de destruir a la unicidad de la figura para multiplicarla en numerosos significados, en los que la figuración se supedita a la palabra. Respecto a la imagen, hoy sabemos que no sólo ha ocurrido la desacralización de la obra de arte sino que, además, el retrato o la fotografía se han vuelto efímeros, accesibles, sin valor, perdiendo el poder que tenían o adquiriendo nuevos valores inciertos. Por lo anterior, quizá ahora la importancia radica en la forma en que se utiliza ese lenguaje y para qué.

Del dibujo se dice que éste adquiere otra dimensión temporal porque en general es monocromático, y aunque también exista en color no siempre está  totalmente coloreado y, además, es diagramático y vaticina el futuro porque es una búsqueda y no el fin. De la pintura, en cambio, se dice que compite con la naturaleza por sus colores, tonalidades, luces y sombras, e intenta seducir atrayendo a la escena pintada con la mirada de un hoy, es decir, de un presente.

Aun cuando sea cierto que la pintura es distinta a la fotografía, entre ambas existe una especie de complicidad porque se encargan de presentar al objeto como deseable y, por lo mismo, como un elemento estimulante para los sentidos, principalmente para el tacto, ya que su materialización la vuelve táctil. Sin embargo, la imagen cambia en su significante porque, por ejemplo, no es lo mismo una pintura al óleo que un retrato o una imagen de televisión o una publicitaria pues, aun cuando ambas estimulan la imaginación, la última es momentánea y en gran medida efímera. Además que, al igual que la representación de la televisión, la estampa publicitaria provoca fascinación, es decir: “La publicidad nos convence para que realicemos tal transformación mostrándonos personas aparentemente transformadas y, como consecuencia de ello envidiables. La fascinación radica en ese ser envidiado”.(6)

Para la concreción de las diversas técnicas enunciadas se necesita un soporte: el dibujo principalmente se vale del papel, la pintura utiliza madera,  metal,  tela y  papel; el retrato analógico requirió del negativo, del papel y de los diversos químicos para el revelado e impresión; ahora, la fotografía digital requiere de la transmisión de la imagen por medio de la luz, del CD, DVD y del papel. En otras palabras, las nuevas tecnologías constituyen un presente y un pasado atrapados de forma fugaz porque, tarde o temprano, desaparecen si no se efectúa una impresión previa y, por consiguiente, demuestran que la pintura es un objeto más perdurable por sus soportes. Respecto a su significado, la fotografía está determinada por el momento de la toma y el que mira, a diferencia de la pintura que su momento es permanente y singular.(7)

Cuando a un sinnúmero de retratos fijos le aplicamos movimiento y luz obtenemos el cine. Del film se dice que es un puente entre distintos tiempos y lugares, es productor de sueños y un refugio global porque de la intimidad de una imagen fija o bien de una colectiva con movimiento pero familiar, como la televisión, pasamos a un conglomerado mayor y heterogéneo. Además, la imagen al contar con la presencia del movimiento y la luz nos brinda un nuevo tipo de percepción  porque lleva implícito el tiempo. Entonces, los modelos se superponen para producir un sinnúmero de vistas y una ilusión cinemática y convierten a la memoria en algo frágil. Su importancia radica en la electrónica informática de la pantalla: “Efectivamente, el universo formal de la luz en movimiento produce un sopor característico que nos impide captar sus numerosas transformaciones, pues las hogueras, fogatas o fuegos fatuos jamás presentan formas estables”.(8)

No obstante,  ahora no hay nada más cercano al hogar que la televisión, el video, el CD, DVD y la Internet. Nuestra percepción se transforma al grado de que, llegado el momento, pueden reproducirse imágenes fotográficas en la misma estancia en donde se hace la transmisión y, si se desea, simultáneamente se puede ser espectador y actor. Así, gracias a los nuevos aparatos complementarios, la televisión nos introduce en una nueva percepción del espacio. En cambio, el cine, al utilizar las nuevas tecnologías, nos habla de un lugar que desaparece; en él hay, por decirlo de alguna manera, un espacio-velocidad y un espacio-tiempo y la recepción es distinta en cada una de ellas. En el video la definición y fidelidad, al ser en directo, no siempre son muy buenas y varían según sea el caso.

El mundo ha cambiado junto con la apreciación que tenemos ahora de él. Así, por ejemplo, debido a la videoscopia que permite el control de lo urbano de manera instantánea, tenemos como consecuencias (lo que Virilio define como la inercia polar) el confinamiento domiciliario y un estado de sitio en general y por lo mismo el tiempo es un tiempo expuesto, intenso, que reemplaza el tiempo que marcan los relojes y los calendarios y, por lo mismo, a la historia, porque el tiempo se vuelve perpetuo. Y hace del arte total un arte global. Se diría que se inaugura el remplazó del lenguaje analógico al numérico.


Notas

1. Rafael Fierro Gossman, Templo del Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, Museo de la Luz. 400 años de historia, México, Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC), Universidad Nacional Autónoma de México, 2003, p. 161.

2. El mural principal del ábside, El árbol de la vida o La danza de las horas, lo realizó Roberto Montenegro;  las pinturas de la cúpula de la capilla, Los signos del zodiáco, son de Xavier Guerrero; los vitrales que iluminan el interior, Trópicos, La vendedora de pericos, El jarabe tapatío y el Escudo de la Universidad, de Jorge Enciso realizado por Villaseñor,  y diversos decorados de Gabriel Fernández Ledesma. El museo cuenta con cuatro atlantes pilastra-estípite de concreto y representan indìgenas con el dorso desnudo, y sus brazos flexionados sostienen bandejas decoradas con motivos florales. En el atrio del templo hay un busto de Dante Alighieri (1921) obra de Adolfo Ponzanelli. Para la obra de Roberto Montenegro puede consultarse de Esperanza Balderas, Roberto Montenegro. La sensualidad renovada, México, Fondo Editorial de la Plástica Mexicana/Cenidiap, 2001, p. 107 y Roberto Montenegro, Planos en el tiempo. Memorias Roberto Montenegro, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2001.

3. Esperanza Segoviano A. (coord.), Cienciarte en Universum, México, Impresiones Imágenes, UNAM, 1977, pp. 42 y sigs.

4. El fotógrafo Ernesto Navarrete Arauza (1969), especializado en imagen científica, tiene estudios en Letras Hispánicas de la UNAM y es egresado de la Escuela de Conservación y Restauración y Museografía Manuel del Castillo Negrete, INAH-SEP. Colabora en la revista de difusión científica ¿Cómo Ves? Ha expuesto en el Museo Somaya, Sistema de Trasporte Colectivo Metro, Casa de Cultura de Texcoco, Museo Universum-UNAM, Museo Nacional de Antropología, Antiguo Colegio de San Ildefonso, entre otros, así como en exposiciones temáticas de divulgación científica.

5. Augusto Monterroso, “El camaleón que finalmente no sabía de que color ponerse”, en La oveja negra y demás fábulas, México, Era, 1990, p. 35.

6. John Berger, Modos de ver, Barcelona, Gustavo Gili, 2000, p. 146.

7. John Berger, Cada vez que decimos adiós, Argentina, Ediciones la flor, 2004, p. 20.

8. Paul Virilio, Estética de la desaparición, Barcelona, Anagrama, 1988, p. 59.