D I V E R S A E X P O S I C I O N E S • • • • • •
 



Fermín Revueltas
• Danzantes de Yautepec •
1933, óleo sobre tela, 36 x 49 cm. Colección familia Revueltas.

 

 

 

Entre acordes y pinceladas,
crónica de una muestra anunciada

La exposición Entre acordes y pinceladas. La música mexicana en imágenes pictóricas se lleva a cabo del 9 de marzo al 11 de junio de 2006 en el Museo Casa-Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, en la ciudad de México.

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BEATRIZ ZAMORANO NAVARRO HISTORIADORA
Investigadora del Cenidiap
betizam@yahoo.com


Después de numerosas vicisitudes y “tocar muchas puertas”, finalmente, gracias a la sensibilidad y el talento de Magdalena Zavala, el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo alberga esta muestra, resultado del proyecto de investigación que sobre la representación de la música mexicana he venido trabajando durante más de cinco años en el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas del Instituto Nacional de Bellas Artes.

Los orígenes de esta línea representacional se rastrearon a partir de la cultura grecorromana, aunque puede datar de tiempos más remotos y no estar exclusivamente inscrita en el ámbito occidental. En todas las épocas, movimientos y estilos pictóricos existen obras que aluden a la música a través de los objetos que la producen, los instrumentos, así como a los diversos símbolos vinculados con su representación.

Esta exposición es una muestra colectiva que ofrece una breve mirada al universo de la iconografía musical en México. Abarca las primeras cinco décadas del siglo XX, aunque algunas referencias importantes obligaron a mostrar piezas decimonónicas, así como otras posteriores, de la segunda mitad del siglo pasado. La complementan esculturas, fotografías, objetos de arte popular, instrumentos musicales y partituras.

Los artistas figurativos que más aludieron a la música en sus creaciones fueron Francisco Goitia, Fernando Leal, Antonio Ruiz, Fermín Revueltas, José Chávez Morado, Miguel Covarrubias, Roberto Montenegro, María Izquierdo, Raúl Anguiano, Jorge González Camarena, Federico Cantú, Gabriel Fernández Ledesma, Alfonso Michel y Francisco Gutiérrez. Asimismo, los “tres grandes” muralistas: Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros en algún momento de su producción, tanto mural como de caballete, realizaron trabajos en los que la música está presente. Mención aparte merece Rufino Tamayo, quien debería ser objeto de una muestra individual con esta temática dado el gran número de cuadros que pintó con motivos musicales a lo largo de su prolífica vida.

Los subtemas a los que se refiere Entre acordes y pinceladas. La música mexicana en imágenes pictóricas están ligados con el rescate de los valores nacionales propios de la época posrevolucionaria. La herencia prehispánica se hace evidente en las danzas autóctonas, pero es la música popular la manifestación más contundente de nuestro mestizaje cultural: las serenatas, los corridos, los músicos pueblerinos y callejeros urbanos, los organilleros de quinto patio, los bailables. Los retratos de músicos, mujeres, niños y hombres tocando guitarras, flautas o pianos, y los instrumentos musicales por sí mismos, así lo confirman.

Como se aprecia en esta exposición, el universo temático no ha dejado nada a la imaginación y las costumbres de fuerte arraigo, tanto rurales como urbanas, han sido abordadas por nuestros artistas en las diferentes disciplinas visuales. Sirva esta muestra para dejar constancia de que los mexicanos en verdad llevamos la música por dentro.

 

 



Rufino Tamayo
• El baile •
1924, temple sobre cartón,
33 x 25.5 cm.

 



Isabel Villaseñor
• El corrido •
1930, xilografía,
21.5 x 18.5 cm.

 



Francisco Gutiérrez Carreola
• El toro •
1938, temple sobre papel,
51 x 38 cm.
Colección maestro Víctor Reyes.