D I V E R S A L I B R A R I A • • • • • •
 

Lourdes Andrade
Siete inmigrados del surrealismo
México, Instituto Nacional de Bellas Artes, Cenidiap, 2003, 172 págs.

 

 

 

Surrealismo hecho en México

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LUIS RIUS CASO HISTORIADOR
Investigador del Cenidiap
luisrius@yahoo.com

 

A lo largo de su rica y prolija trayectoria, la obra de Lourdes Andrade se destaca por una afortunada comunión entre el rigor analítico y el vuelo imaginativo y escritural. Cada libro, cada artículo suyo, ofrece al lector una información altamente especializada sobre el tema abordado, a la vez que una propuesta de escritura de la historia del arte y el beneficio de una lectura gozosa.

Su pasión por el legado de los más destacados exponentes del surrealismo histórico marca en todo momento su práctica investigativa. Ésta se nutre del trato profesional y amistoso con no pocos artistas, escritores y teóricos relacionados con el surrealismo, así como de un riquísimo acervo de fuentes documentales al que tuvo acceso gracias a su pertenencia a una exclusiva familia de autores –franceses, sobre todo–, emparentados entre sí por el afán de reafirmar la vigencia de esta poética en los planos del conocimiento y la vida cotidiana.

En persona y obra Lourdes mantuvo siempre una postura recelosa y crítica de los rigores normativos que sustentan el deber de ser una centralidad estabilizada. Era, en ese sentido, un personaje tocado por una ligera excentricidad, inquietante y benéfica. Mucho fue lo que aportó a nivel humano desde esa condición (como notable amiga, compañera, poeta, artista del collage), y también a un nivel profesional. Su escritura apostó por una apertura del método y expresión poco entendida en el campo de la historia del arte, al menos hasta hace unos pocos años, en que comenzaron a circular en espacios académicos del país nuevas propuestas historiográficas, proclives a redimensionar el valor de la imaginación en la construcción del relato verídico y en la interpretación de la fuentes, la importancia de ensayar en (desde) diversos géneros de escritura, el peso propiamente literario de la narración, la participación protagónica del autor en el tema, la incorporación de visiones desmarcadas de condicionamientos cientificistas relativos al tiempo lineal y a la distancia histórica necesaria.

En virtud de sus múltiples aportaciones, el libro Siete inmigrados del surrealismo se ubica en un estado de madurez profesional que alegra y entristece a la vez: representa un punto culminante de la trayectoria de la autora y también el punto donde esta trayectoria se trunca, a raíz de su penosísima muerte. Aparte de la pérdida humana, duele mucho considerar la dimensión de su ausencia en el campo profesional. Con todo nos queda el consuelo de su obra, abierta a la inteligencia, a la construcción gozosa y generosa de una parte fundamental de nuestra memoria cultural y a la celebración de la vida en su alianza con la imagen artística y con la palabra inspirada tal como la practicaron los más fieles creyentes en el papel trasformador del arte. Lourdes, entre ellos.