D I V E R S A E N C U E N T R O S • • • • • •
 
 

 

La Imagen sagrada en el Coloquio de Campeche

 

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MARÍA TERESA SUÁREZ MOLINA HISTORIADORA DEL ARTE
GUADALUPE TOLOSA SÁNCHEZ HISTORIADORA
Investigadoras del Cenidiap
tere_suarez_2000@yahoo.com
guatolo@yahoo.com

 

Con el tema de la Imagen sagrada y sacralizada como idea rectora se llevó a cabo el XXVIII Coloquio Internacional de Historia del Arte en la ciudad de Campeche, organizado por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México en colaboración con el gobierno del Estado, a través de su Instituto de Cultura, del 24 al 29 de octubre del 2004.

El congreso estuvo marcado, como ya es costumbre desde hace varios años, por una fuerte presencia de especialistas extranjeros, casi tan numerosos como los mexicanos, estos últimos en su mayoría miembros del Instituto. Hubo, sin embargo, algunos participantes de otras instituciones como el Departamento de Investigación del Museo Nacional de Arte y la Universidad Iberoamericana.

La diversidad de ponencias fue agrupada en cuatro mesas: Devociones, Espacios, Políticas y Transformación; la amplitud de estos términos permitió dar cabida a temas muy variados en cada grupo.

En general, habría que destacar un conjunto de ponencias sobresalientes, tanto en su contenido como en su forma de exposición: por principio, la conferencia magistral del peruano Ramón Mújica (de quien es muy conocido su libro sobre los Ángeles apócrifos en la América virreinal) acerca de la Semiótica de la imagen sagrada: la teurgia del signo en clave americana. Así, desde el inicio se marcó la preeminencia de los estudios sobre arte religioso: Luisa Elena Alcalá habló sobre la Virgen de Loreto y su recepción en la Nueva España; Rosario Granados sobre la confrontación texto e imagen en los trípticos neerlandeses; Elena Estrada de Gerlero disertó acerca de las fuentes iconográficas de las mitras en plumaria; Jeffrey Schrader sobre la Virgen de Atocha como imagen elegida por los Habsburgo y, la Virgen de la Luz en la Caracas dieciochesca por Janeth Rodríguez. En todas ellas resaltó el interés por la aproximación al objeto de estudio no como una mera narración o descripción del mismo sino desde su apropiación por el espectador a lo largo de los siglos.

La abundancia de ponencias sobre arte virreinal contrastó con la ausencia de temas acerca del arte prehispánico (a excepción de dos ponencias sobre huacas andinas y algunos estudios muy específicos sobre los mayas del periodo clásico) y sobre el siglo XIX. No así del siglo pasado, sobre el que habría que destacar las exposiciones de Nancy Deffenbach (a quien conocemos por sus estudios sobre mujeres artistas como Frida Kahlo y Alice Rahon) sobre un conjunto de pinturas de María Izquierdo; Peter Krieger, sobre la nueva iglesia La Esperanza de María en la Resurección del Señor, a orillas del Periférico en la ciudad de México, y Cuauhtémoc Medina acerca de la filmación de La montaña sagrada de Alejandro Jodorowsky, con lo que de alguna manera estableció una liga con el coloquio de este año sobre miradas disidentes (géneros y sexo en la historia del arte).

El balance final es, en general, positivo y diluye presentaciones excesivamente descriptivas o poco concluyentes, ya que el objetivo no era sólo analizar imágenes sagradas, sino profundizar en el fenómeno que las convirtió en ello. Ponencias más reflexivas fueron las de Jens Baumgarten acerca de las imágenes dentro de la Roma postridentina, Jaime Cuadriello sobre la corona borrada a la pintura de la Virgen de Guadalupe y Antonio Rubial sobre la presencia de Duns Scot y la madre Agreda como parte de la iconografía inmaculista. En esta línea, algunas de ellas tocaron tal vez uno de los puntos más destacables del tema, por ejemplo, la manera en que las imágenes seculares se sacralizan, como en la ponencia sobre la transformación de la imagen de Evita Perón; o por el contrario, imágenes sagradas que son apropiadas por la publicidad, como la Madonna del Parto de Piero de la Francesca que anuncia un medicamento para la indigestión.

A estos logros se suma la estancia en la ciudad de Campeche, con sus ejemplos sobresalientes de arquitectura de fortificaciones en forma hexagonal, ahora restaurada. En una institución que organiza coloquios desde 1975, la apuesta es por la renovación y la apertura. A los otros centros culturales del país nos tocaría aprovechar estas oportunidades para aportar diversas aproximaciones al objetivo común de estos congresos, que es, finalmente, conocer mejor nuestro legado artístico como parte de un conjunto histórico universal.