Italo Grassi
• sin título •
2004, esmalte, 188 x 250 cm.
Foto: María Helena Leal Lucas.
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El muralismo abraza las calles de Argentina
Un fantasma recorre Sudamérica, el fantasma del muralismo. En este texto, un artista visual que ha sido protagonista del nuevo movimiento muralista latinoamericano nos narra el capítulo más reciente en la lucha de numerosos creadores por devolver al arte su dimensión estética y social.
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CHUNGTAR CHONG LÓPEZ
• ARTISTA Y MAESTRO
EN
ARTES VISUALES
chungmahe@hotmail.com
En la actualidad, cuando en América Latina reina
el arte conceptual “globalizado”, existen movimientos que tienden a revitalizar
la creación plástica. Tal es el caso del grupo de artistas
que integran el Movimiento Nacional de Muralistas de Argentina (MNM),
el cual interviene espacios públicos, realiza murales en las calles,
plazas y puentes del país desde los años setenta del siglo
pasado. Estos creadores buscan con el muralismo hacer del presente futuro,
siguiendo el camino que marcaron con anterioridad otros grupos y movimientos
en este género de las artes plásticas.
Recientemente, el MNM volvió a tener presencia
internacional con las IV Jornadas Mundiales de Arte Público y Muralismo,(1)
realizadas del 21 al 24 de abril de 2004 en Berazategui, Provincia de
Buenos Aires, organizadas por el muralista Juan Bauk (delegado regional
de la agrupación) y con el apoyo de la Municipalidad de la ciudad
sede y la Empresa Alba.
A dicho evento asistieron cincuenta muralistas provenientes
de seis países: Argentina, Brasil, Ecuador, México, Uruguay
y Venezuela. Como artista invitado, pude darme cuenta que en esta edición
se avanzó tanto en la organización como en la calidad de
las obras realizadas por los artistas participantes. En esta ocasión
se abordó el tema del trabajo, lo que nos permitió profundizar
en la conciencia del otro, con propuestas plásticas relacionadas
con las condiciones político-sociales de América Latina;
obras que reflejan la realidad del agobio frente a la corrupción,
el desempleo, la miseria, pero también el sincretismo mágico-mítico
de nuestras culturas.
Participar en este encuentro fue alentador, porque nos permitió apreciar la claridad de ideas de los artistas latinoamericanos, el sentido profundo de sus imágenes, que son testimonios vivenciales de su entorno; obras que revelan una visión crítica de la época actual, una forma de resistencia cultural frente a la seducción de la transculturación en el arte. En el evento participaron muralistas con distintos ángulos de visión y posturas dentro de la expresión pictórica, entre ellos los que recrean la herencia del muralismo mexicano o los que reflejan influencias del brasileño Cándido Portinari o del argentino Antonio Berni. Hubo también conferencias de destacados creadores: Ponciano Cárdenas, Marcelo Carpita, José Antonio Pérez Celis y los miembros del Taller Contraluz Mural, entre otros.
Ante la avalancha de la globalización que quiere enterrarnos vivos, es necesario que los artistas reflexionemos y luchemos para superar esta problemática. Tenemos que explorar el “alma” del continente, rescatar nuestra identidad perdida para resistir los embates de la globalización y entonces caminar hacia una nueva “taxonomía” en el procesamiento de la obra de arte. Hay que vivificar el proceso de “transespiritualidad” del arte latinoamericano, actualizarlo en el contexto político-estético del muralismo, para proyectarnos al futuro a partir de un presente viable.
De acuerdo con la doctora María Helena Leal Lucas,
la transespiritualidad es “una fenomenología que asume la continuación
de la dinámica dialéctica del desarrollo de la esencia del
ser latinoamericano, puesto que nos lleva a profundizar en lo mágico,
lo mítico y lo religioso en función de la conjugación
de las diferentes costumbres, lenguas y tradiciones culturales del continente,
para conformar nuestra identidad”.(2)
Se trata, en efecto, de un proceso en que el artista, según sus
valores y vivencias, explora, selecciona, traduce y traslada aspectos
de la religiosidad de sus antepasados hacia otro espacio-tiempo, el del
presente, para trabajar en la elaboración de la obra, lo que le
permite construir una nueva forma de codificación de la percepción
y de la conceptualización en el proceso creativo.
Las IV Jornadas Mundiales de Arte Público
y Muralismo fueron una invitación para reflexionar y una luz de
esperanza para seguir avanzando. Y más aún cuando en el
verano de 2005 se realizarán las V Jornadas Mundiales de Arte Público
y Muralismo en Mar del Plata, Argentina, encuentro al que se convocará
a unos doscientos artistas latinoamericanos. Esto lo anunció el
presidente del Movimiento Nacional de Muralistas de Argentina, el maestro
Italo Grassi: “en días pasados, el área cultural del gobierno
nacional, se ha comunicado vía telefónica con el MNM para
manifestar que el gobierno nacional financiará las próximas
jornadas”. Lo que indica que se pretende concretar una actividad de gran
envergadura. Así sea.
Notas
1. La I Jornada Mundial de Arte Público y Muralismo fue realizada en Tlaxcala, México, en 1977, coordinada por el Consejo Mundial de Artistas Visuales (COMAV).
2. María Helena Leal Lucas, Rubem Valentim y
el sentido de brasilidad en su obra, tesis para obtener el grado
de doctora en Historia del arte, México, Facultad de Filosofía
y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México, 2001,
p. 68.
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